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Mesa de Redacción

Mikel Mujika

Redactor con 25 años de experiencia en diferentes áreas: Deportes, Donostia-San Sebastián, Economía, Política y Sociedad.

El jardín de Borrell

a noticia de que el sindicato de transportistas autónomos Hiru desconvocaba el paro llegó por la tarde, pero para entonces ya eran muchos los profesionales que habían agarrado el volante y pisaban el acelerador como hacía días no se veía en las carreteras vascas. Un respiro para el ciudadano de a pie, inquieto de que el vecino arrample con toda la leche de oferta y a él le toque comprar la normal, unos céntimos más cara. Entretanto, el mundo nos sigue deparando arena una y otra vez. No solo a los transportistas. Un portavoz de un sector muy castigado me decía ayer que ellos no pueden permitirse una protesta así, por muchos motivos que tengan. Fue Borrell quien recientemente dijo que "los europeos hemos construido la Unión como un jardín a la francesa, ordenadito, bonito, cuidado, pero el resto del mundo es una jungla". Que había que "espabilar", añadía el bueno de Borrell, "si no queremos que la jungla nos coma el jardín". Pero en mi opinión, el problema no es la jungla, sino que hemos vivido obnubilados con las rosas que tenemos en un rincón de nuestro pequeño edén, sin darnos cuenta de que se nos está pudriendo la huerta que hay en el otro extremo. Y el potaje este que nos persigue en forma de inflación desmedida nos ha pillado pensando en que el año que viene hay que traer orquídeas también.