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Morir dignamente

El tema de la eutanasia es delicado y polémico. Entiendo que la eutanasia no es anti-vida. Es una verdad como un templo que la muerte no hace excepciones, pronto o tarde llega para todos. En las situaciones últimas de la vida es fundamental plantear la posibilidad de prestar ayuda sanitaria para el bien morir, especialmente si ello significa apoyar una actitud madura que concierne al sentido global de la vida y de la muerte. La clave es ayudar a que el morir sea algo humano, humanizado, facilitando la despedida de los familiares y allegados. Y a su vez, recibir el alivio del dolor y el acompañamiento humano y espiritual, según los casos, en el marco de los valores o creencias de cada persona paciente. Creo que el morir dignamente no es anti-vida, sí en cambio la prolongación artificial indebida del proceso terminal. Me parece que es clave mirar a la muerte como situación natural, excepto los extremos, y prepararse para recibirla con serenidad y paz. Entiendo que aliviaría mucho nuestro vivir y morir. Creo que debemos ser humanos hasta el último momento de nuestra existencia. Libertad para vivir y libertad para morir dignamente.