Todo el mundo sabe que la primera obligación de una estatua es tener una base sólida. Los pies de barro solo le conducirán al fracaso, a darse de bruces contra el suelo y entonces le resultará muy difícil recobrar la verticalidad. Si además alardea de tamaño descomunal, de piernas hercúleas, pero todo está sostenido por cartón piedra, su caída será la crónica de una muerte anunciada. La ejecutiva del PP decía contar con 869.535 afiliados y la cantinela se la transmitían sin un ápice de crítica de presidente a presidente, y de secretario general a secretaria general. Era una mentira compartida, que como la Caja B, los sobresueldos y tantas otras cosas más del PP, acaban sabiéndose. Los números, a diferencia de las letras, son siempre habas contadas. Por mucho que se pretenda encubrirlos, acaban saliendo. En esta ocasión, las cifras han sido escandalosas, un golpe a la credibilidad del partido hasta hace poco gobernante. Solo se han inscrito 66.384 afiliados, un 7,42% del censo, aproximadamente el doble de los cargos electos que lucen en el partido. Es la fórmula del “yo me lo guiso, yo me lo como”, algo muy diferente de un proceso transparente y democrático. No se engañen, no ha sido una sorpresa, ni un fracaso. Muchos en Génova sabían que los pies del PP eran de barro. Solo bastaba echarle un vistazo al balance económico que el partido facilitó al Tribunal de Cuentas. Según sus propios datos por afiliados, adheridos y simpatizantesel PP ingresa 5.011.042 euros. Pero teniendo en cuenta que la cuota de afiliación es de 36 euros anuales, el total de militantes es de 140.000 personas, un 84% menos de lo que en realidad presumían. Incluso, según otras organizaciones del entorno del PP como la red Floridablanca, la cifra de afiliados podría rebajarse a los 100.000 y bajando. Entonces, ¿por qué una mentira de patas tan cortas? Simplemente por una cuestión de poder. Los líderes regionales inflaban el censo para sumar compromisarios y, por lo tanto, peso en los diferentes Congresos del Partido. Tanto peso, finalmente les ha hecho rodar.