Su pluma no se detiene ni un momento. Después del éxito cosechado con novelas como La danza de los tulipanes o La hora de las gaviotas, ahora acaba de llegar a las librerías El ladrón de rostros, que recupera a la unidad de homicidios de impacto para adentrarse en un nuevo y misterioso caso.

¿Qué le hizo adentrarse en el mundo de la literatura? 

A mí siempre me ha gustado mucho leer, pero yo me dedicaba a recorrer todos los caminos de Euskadi para publicar guías de excursionismo. Entonces, durante diez o quince años me he dedicado a eso. Y, según iba descubriendo rincones, había muchos que me pedían contar algo más de ellos, no limitarme a explicar que “es de tal color, luego cogemos el camino de la izquierda”... Me apetecía profundizar más en ellos. Y tantas horas de caminata y tantas horas de lectura dieron como origen al principio un hobby, que fue decir “voy a probar a escribir una novela para mí”, y escribí una novela. Y ya que la tenía, se publicó.

En la descripción de los paisajes en sus novelas se nota esa pasión por descubrir. 

A mí lo que más me gusta en la vida es caminar, o ir en bicicleta, pero siempre descubrir sitios nuevos, parar aquí o allá. Y disfruto mucho fundiéndome prácticamente con el paisaje y sintiendo los olores... Me aporta mucho el olor de los lugares, cuando llegas a un rincón como la cueva de Sandaili y huele a humedad, huele a niebla. Huele a piedra. Todo eso al final en cierto modo creo que te despierta una creatividad que es la que me ha llevado después a querer aprovechar ese lugar para plasmar allí una historia, o por lo menos para arrancar allí una historia. Para mí Sandaili es un lugar que me inspira oscuridad e incluso un punto claustrofóbico y dije, bueno, “es el sitio ideal”. Pero todo eso nace de esas caminatas, de esos paseos prácticamente sin rumbo por las montañas vascas.

Hablando de oscuridad, aquí tenemos a Dolores Redondo, a Eva García Sáenz de Urturi... ¿Qué tienen el suspense y el thriller que nos enganchan tanto a vascos y navarros?

Pues yo creo que lo que tiene el thriller vasco, que podríamos decir también euskandinavo, es mucha riqueza mitológica, un clima bastante opresivo y paisajes que invitan a que sucedan cosas. Y luego ese punto de aislamiento geográfico también. Creo que eso es lo que nos hace también que los autores de aquí escribamos thriller, y luego que el lector de aquí se vea representado, se vea muy dentro de estas historias. 

¿Qué nos depara El ladrón de rostros? Porque vuelven Ane Cestero y la unidad de homicidios de impacto.

Sí. El ladrón de rostros es la tercera entrega. Comenzamos con La danza de los tulipanes, luego La hora de las gaviotas y El ladrón de rostros es la tercera entrega de esa unidad de homicidios de impacto, y mi intención es que tenga por lo menos un cuarto libro. Y lo que nos depara es un cambio, nos vamos a encontrar con que en los dos anteriores libros todo estaba muy vinculado al mar, y en esta ocasión nos vamos al corazón de la montaña vasca. Nos vamos a un territorio mucho más rico en leyendas, supersticiones, mitología e incluso religión. Todo eso, y además todavía la existencia de una pandemia, va a marcar lo que se va a encontrar el lector. El tipo de crímenes, el tipo de personajes, el porqué el asesino está actuando como está actuando... Todo tiene una explicación con el lugar y con el momento.

¿Vamos a estar inmersos en pandemia, entonces? ¿Es fácil integrar esos eventos de actualidad a las novelas?

De hecho, hay una tendencia a evitarlo. Es verdad que todos hemos acabado bastante saturados de la pandemia, entonces como que hemos querido evitarla. Y la gran mayoría de escritores están evitándola. En mi caso, yo me veía con la necesidad de que, como la historia sigue y todo ya lleva los años puestos en los libros, me encajaba en la pandemia, no tenía otra opción. Y, al mismo tiempo, me apetecía que la pandemia me permitiera contar una historia que sin pandemia quizá no habría podido contar. 

Ane Cestero, que vemos que tiene una historia importante, ¿se basa en alguien conocido o bebe de su imaginación?

Hay un poco de todo. Los personajes, por ejemplo el de Ane Cestero, el de Julia... reflejo bastante de mí en ellas. Y, además, ellas están enriquecidas, sus historias personales están enriquecidas con un poco de historias que oigo a mi alrededor y que muchas veces me resultan espeluznantes. Ane Cestero, por ejemplo, tiene historias de malos tratos en su familia bastante potentes, y que creo que han marcado mucho su carácter. Es importante que quienes tenemos un pequeño altavoz denunciemos que ese tipo de situaciones se están produciendo.

El primer homicidio que cubrió esta unidad fue el de una periodista, y se retransmitió por Facebook Live. En esta última novela la tecnología ya no juega un papel tan importante, ¿no?

No, precisamente porque vamos a ese mundo en el que de algún modo hay un regreso hacia el interior de las personas. Aparecen medios de comunicación y redes sociales, pero no tienen un peso central como podía ser en novelas anteriores. Aquí nos encontramos con un regreso a las tradiciones antiguas, con una mujer que aparece en escena cada vez que hay un asesinato con una argizaiola para guiar a las almas en su eterno descanso. Tenemos pastores, apicultores... El primer asesinato, precisamente, es el de una chica que quiere quedarse embarazada, la naturaleza se lo niega, y está practicando un antiguo rito de fertilidad que todavía a día de hoy se practica en la cueva de Sandaili. 

¿Cuál cree que es la clave para crear una buena obra? 

Pues para mí la clave es hacer lo que tú leerías. Yo siempre que me planteo qué escribir, lo primero que me viene a la cabeza es que antes que escritor soy lector y he sido lector siempre. ¿Tú qué leerías? Esto. ¿Qué es lo que vas a disfrutar escribiendo? Lo que tú leerías. Desde el momento en el que tú estás disfrutando lo que escribes, eso le va a dar al libro una vibración que se nota a la hora de que el lector lo coja y diga “ostras, lo estoy disfrutando, estoy dentro del libro”.  

¿Dónde lo veremos de gira con El ladrón de rostros? 

Tengo viajes a Madrid, a Sevilla, a Málaga... A muchas ciudades, y también un salto a Tenerife, Gran Canaria, Mallorca, Ibiza... La verdad es que la editorial ha echado el resto y la gira abarca todas las comunidades de España y muchísimas provincias. 

¿Qué le depara el futuro?

Voy un poco al día. Me gusta escribir disfrutando y con tiempo. Ahora estoy empezando a plantearme los escenarios para el cuarto libro. Creo que puede ser que incluso salgamos del territorio donde la Ertzaintza tenga competencia y tengan que vérselas mis protagonistas con la dificultad de tener que investigar algo sin estar en su jurisdicción.