Natalia Unsain y Elisabet Rubio han sido las encargadas de continuar con el proyecto familiar Susperregi, una tienda especializada en lencería, que tuvo que cerrar sus puertas hace cinco años. Estas dos emprendedoras han cogido el testigo de lo que hubiese sido la cuarta generación

Los proyectos familiares pueden durar eternamente, pero si no existe el sentimiento de pertenencia o vocación, los negocios pueden cerrar sus puertas. Y eso es lo que le ocurrió a Susperregi, una tienda especializada en lencería, ubicada en Donosti (calle Urbieta), pero que en este caso ha continuado escribiendo su historia gracias a Natalia Unsain y Elisabet Rubio que, sin pertenecer a ese legado familiar, han apostado por seguir con la firma. “No hubo relevo familiar y de repente nos vimos en la calle, así que yo lo tuve claro. Junto a mi compañera de trabajo, Elisabet, montamos el mismo negocio”, cuenta Natalia Unsain. Así surgió Susperregi Berria, una versión 2.0 de lo que fue su antecesor proyector.

Tanto Unsain como Rubio nunca imaginaron que tras más de 20 años trabajando en el mismo lugar iban a acabar convirtiéndose en mujeres emprendedoras. “Si la tienda cerró el 15 de septiembre de 2018, nosotras la abrimos el 26 de octubre de ese mismo año”, relata Unsain. Tan solo necesitaron dos meses para resucitar Susperregi. En ese trabajo, la consultora Bultz-lan tuvo mucho que ver. “Yo fui la artífice de continuar con el negocio. Invertí el dinero que nos habían dado por el cierre, teníamos los proveedores, las clientas… Solo necesitábamos que nos orientasen en el proceso de la puesta en marcha del nuevo negocio”, aclara.
Los trámites siempre son costosos, pero con ayuda todo se consigue. “Una amiga me recomendó la consultora, así que no perdimos tiempo. Nos dieron todos los pasos que teníamos que seguir y en una hora lo teníamos ya todo: documentación que debíamos presentar, tiempos… Fue la mejor decisión que pudimos tomar”, prosigue. Así, en tan solo dos meses Susperregi Berria, que está especializada en tallas grandes, volvió a rodar para ofrecer sus mejores productos lenceros de calidad y, además, con dos de sus dependientas detrás del mostrador para seguir ofreciendo el mejor asesoramiento.

Susperregi Berria no ha renunciado a su esencia. Los grandes modistos y ateliers siempre confían en este local que mantiene la misma estructura que la anterior tienda, el mismo perfume… “La gente cuando entra sabe que está en Susperregi. Hay quien desde la calle identifica la tienda. Además, tenemos todo colocado como estaba antes, así que es fácil que las clientas sepan dónde está cada cosa”, explican.
Empezar de nuevo no es fácil, pero confiesan que Bultz-lan fue una pieza clave. A día de hoy nos siguen ayudando”

Empezar de nuevo no es fácil, pero confiesan que Bultz-lan fue una pieza clave. “A día de hoy nos siguen ayudando. Si nos surge cualquier duda acudimos a ellas. Nos lo pusieron todo muy fácil, no solo ellas si no también nuestros proveedores que decidieron esperarnos y, como no, nuestra fiel clientela también”, relatan. Porque Susperregi ofrece el mejor servicio incluso con la persiana bajada. “Estábamos en obras y una chica nos dijo que se casaba y que necesitaba un body. Teníamos todo patas arriba, pero le atendimos, porque nuestro oficio nos apasiona”, exponen. Cinco años después, Susperregi Berria continúa en pie, con la misma ilusión de hace 94 años.