Tras la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes recibida el pasado año, ¿cómo recibe este nuevo reconocimiento

-Con emoción, aunque abruma y está esa sensación de si lo habré merecido... Ahora el lápiz pesa más.

Entre otros méritos, el jurado destaca que es "la primera mujer catedrática de composición en la historia de la educación musical en España". Mirando al presente, ¿ha habido cambios y hay ahora mayor equidad en la música?

-Efectivamente, ha cambiado el acceso de la mujer y también las posibilidades de que las chicas hoy en día no tengan tanta presión como tuvimos nosotras al estar dedicadas plenamente a la música. Pero lo que es la organización de los estudios musicales no sólo no ha cambiado, sino que va sustancialmente a peor. Está desapareciendo la música de todos los estudios y se nos está olvidando que la música es cultura, que la cultura nos identifica y que si no lo hacemos bien, hay cosas que vamos a perder y sería una auténtica pena. Tenemos una responsabilidad por delante y debemos empujar todos. Tenemos que exigir mayor atención a la cultura y específicamente a la música, que está pasando por momentos muy complicados. Naturalmente, no me refiero a la música comercial, que tiene su camino, sino a la música como conocimiento, que se está dejando caer. A la Educación se le ha olvidado crear y formar públicos y el concepto de "música igual a entretenimiento" que es general entre los más jóvenes no sé a dónde nos lleva, pero me preocupa.

Caigamos en una pregunta manida: ¿qué es la música para usted?

-Para mí la música, en primera persona, ha sido un motor vital de conocimiento y de aprendizaje. Pero la pregunta fundamental es: la música, ¿qué es para cualquiera? Nos acompaña, está en todos los sitios desde que nacemos hasta que morimos y, sin embargo, no le estamos dando el lugar que le corresponde.

El jurado también ha valorado su compromiso con la cultura y su participación en el Consejo Navarro de la Cultura. ¿Qué radiografía hace de la cultura en Navarra?

-Navarra tiene activos culturales magníficos, en su propia identidad es una potencia cultural absoluta. Pero no nos podemos conformar con el triunfalismo, Navarra tiene personajes destacadísimos y una potencia creativa enorme, pero siempre tenemos pendiente mejorar y crecer, porque podemos hacerlo y esa es la buena noticia.

Y ahora, ¿cómo definiría su momento creativo actual?

-Estoy en ese momento en el que he ido comprendiendo cosas y ahora las tengo que reflexionar y hacerlas crecer. Una se pasa la vida haciendo preguntas y cuando empiezan las respuestas, menos tiempo tienes para madurarlas. Empiezo a atisbar más o menos qué quiero o quién soy y, sin embargo, me queda muy poco tiempo para seguir ahondando en la dirección justa que quería encontrar. Pero claro, pasando de los 70 años, una se da cuenta de que el tiempo apremia.