El Ejército de Israel mantuvo por noveno día consecutivo una potente incursión en el norte de Cisjordania ocupada que ha dejado al menos 36 muertos y una estela de destrucción, mientras en la devastada Franja de Gaza bombardeó dos puntos de la “zona humanitaria” causando cinco muertos. Las localidades de Yenín, Tulkarem y Tubas, todas en el norte cisjordano y bastiones históricos de milicias palestinas, fueron el objetivo de una “operación antiterrorista” a gran escala de las tropas israelíes desde el 28 de agosto, cuando irrumpieron en la zona con numerosas tropas, tanques e incluso drones explosivos.

En total, los ataques aéreos y los combates cuerpo a cuerpo entre soldados y milicianos han dejado 36 muertos, entre ellos ocho menores y dos ancianos, según el Ministerio de Salud de la Autoridad Nacional Palestina, que gobierna partes cada vez más reducidas de Cisjordania. A esto se añaden unos 140 heridos y numerosas calles, casas e infraestructuras eléctricas destruidas, mientras los habitantes prácticamente no pueden salir de sus casas ante el terror de ser alcanzados por algún disparo.

La pasada madrugada, cinco palestinos murieron cuando un dron israelí atacó el vehículo en el que se encontraban en el campamento de refugiados de Fará.

Entre las víctimas se encontraba Mohammed Zubeidi, líder de la brigada de Yenín –que aglutina milicianos de distintos movimientos– e hijo de Zakaria Zubeidi, un histórico líder de la resistencia que destacó durante la Segunda Intifada (2000-2005) e integraba las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, parte del brazo armado de la formación secular Fatah.

Horas antes, también en Fará, las tropas israelíes mataron a tiros a un adolescente de 16 años y sacaron su cadáver del campo de refugiados con una excavadora, evitando que las ambulancias pudieran acceder a él, según la agencia oficial de noticias palestina, Wafa.

La Yihad Islámica Palestina y el grupo islamista Hamás –que libran una guerra contra Israel en la Franja de Gaza desde octubre del año pasado– condenaron la incursión israelí en Cisjordania y llamaron a los habitantes a “mantener su resistencia”, en una zona que vive su peor pico de violencia en los últimos 20 años. La incursión en todo el norte cisjordano “sigue en curso”, confirmó ayer el Ejército a Efe.

El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, dijo el miércoles que sus uniformados están “cortando el césped” en Cisjordania, pero que eventualmente se necesitará “arrancar las raíces”, haciendo referencia a la operación militar que, según la prensa israelí, es llamada “Campamentos de verano”.

Desde el arranque de la incursión hace nueve días, 19 palestinos han muerto en Yenín, 10 en Tubas y 7 en Tulkarem. Estas muertes elevan a más de 330 el número de palestinos que han perdido la vida en Cisjordania en lo que va de 2024, la mayoría milicianos o atacantes, pero también civiles.

“Zona humanitaria” bajo fuego

Mientras tanto, Israel no cesa sus ataques por aire, tierra y mar contra la devastada Franja de Gaza, donde sólo en las últimas 24 horas murieron al menos 17 palestinos y otros 50 resultaron heridos, según el Ministerio de Sanidad gazatí, controlado por Hamás.

Con estas víctimas, la cifra total de muertos desde que estalló la guerra hace casi once meses supera los 40.878, la mayoría mujeres y niños, mientras que los heridos suman al menos 94.454. A esto se suman unos 10.000 desaparecidos bajo los escombros y 1,9 millones de desplazados en medio de una crisis humanitaria sin precedentes por la destrucción generalizada, el colapso de los hospitales o la escasez de agua potable y medicinas.

En la madrugada de ayer, el Ejército israelí bombardeó dos puntos de la “zona humanitaria” que había designado para los desplazados. El ataque en Mawasi dejó un muerto y diez heridos; mientras que el bombardeo en Deir al Balah dejó otros cuatro muertos y un número indeterminado de lesionados.

Tiroteo en Múnich

Ante el consulado israelí. Las fuerzas de seguridad de Múnich abatieron ayer a tiros a un individuo que realizó disparos junto al consulado israelí en la ciudad alemana, sin causar daños personales. La policía de la capital bávara informó a través de sus redes de que el sospechoso, de 18 años y residente en Austria, realizó los disparos con una vieja carabina con una bayoneta acoplada. Según varios medios alemanes y austriacos, el individuo ya había llamado la atención de las autoridades con anterioridad como “islamista”.