Moscú – Rusia auguró ayer que el noveno paquete de sanciones contra Moscú aprobado esta semana por la Unión Europea únicamente agravará los problemas económicos en el seno del bloque.

“El actual paquete tendrá el mismo efecto que los anteriores: un agravamiento de los problemas sociales y económicos en la propia Unión Europea”, aseguró María Zajárova, portavoz de Exteriores, en un comunicado. Recordó que, mientras la UE “es incapaz de salir de ese círculo vicioso” y de reconocer “la inutilidad” de su política antirrusa, sus habitantes ya se han topado con “el déficit energético y una inflación sancionadora sin precedentes”, a lo que habría que sumar “la amenaza de desindustrialización”.

“Las dolorosas consecuencias de la política antirrusa de la UE aumentarán y no sin la colaboración de EEUU, que participa en calidad de principal beneficiario de la crisis de seguridad en el continente europeo y de la ruptura de las relaciones económicas y comerciales entre la UE y Rusia”, señalaba.

Zajárova subrayaba que las sanciones causarán “un perjuicio significativo” a los países en desarrollo en África, Asia y América Latina, que no pueden competir por los recursos con los países occidentales.

En su opinión, el hecho de que el noveno paquete excluya de sus restricciones a varios exportadores rusos de alimentos y fertilizantes es un reconocimiento de que Bruselas está minando “desde hace largo tiempo” la seguridad alimentaria global. Por lo que llamó a la UE a levantar todas las restricciones que afecten a los suministros de cereales, alimentos y fertilizantes al mercado mundial.

La diplomática también arremetió contra la suspensión de las licencias de cuatro cadenas de televisión rusas que buscaría censurar a los medios incómodos, lo que socava la libertad de expresión y el derecho de los europeos al acceso a la información.

El noveno paquete de la UE por la campaña militar en Ucrania incluye a las Fuerzas Armadas rusas, 144 individuos y 48 empresas rusas que se suman a los más de 1.200 personas –entre ellas el presidente ruso, Vladímir Putin y el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov– y más de un centenar de entidades.

Las sanciones aumentan la lista de bienes y tecnologías de aviación, incluidos los drones, que no se pueden exportar a Rusia, que, según la prensa independiente, sigue adquiriendo piezas en Occidente para sus aparatos no tripulados a través de mediadores clandestinos.

También prohíben exportar drones a Moscú y a terceros países como Irán para evitar que proporcionen a Rusia armas de origen europeo con las que bombardear las ciudades ucranianas.

A su vez, incluyen la posibilidad de pagar a individuos o empresas previamente sancionadas para permitir el transporte de trigo y fertilizantes a terceros países afectados por el impacto de la guerra en la escasez y el aumento del precio de los alimentos, tal y como confirmaron a la agencia Efe en Bruselas diversas fuentes diplomáticas.

Esta era una exigencia que habían reclamado diversos países, entre ellos España, Francia, Alemania e Italia para mitigar el impacto que los anteriores paquetes de sanciones estaban teniendo en la seguridad alimentaria global.

NUEVO ESCENARIO BÉLICO

l Para 2023. El presidente ruso, Vladímir Putin, prepara un nuevo escenario bélico, según Ucrania, quien sospecha que los bombardeos aéreos de los últimos meses son solo una brutal maniobra de desgaste con vistas a la gran ofensiva que los rusos lanzarán a principios del próximo año. Para ello, Putin se reunió con la plana mayor del Ejército que combate en el país vecino.

l Kiev, objetivo ruso. El ministro de Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, aseguró que Rusia lanzará una “gran ofensiva” a finales de enero o en febrero con el fin de conquistar nuevos territorios y adujo que el Ejército ruso ha estado trasladando durante las últimas semanas armamento pesado al frente. Le secundó el jefe del Estado Mayor, Valeri Zaluzhny, quien consideró enero el peor de los escenarios para Kiev y marzo, el menos malo.