Naciones Unidas estima que al menos 77 personas han muerto y 35.000 familias se han visto afectadas por las lluvias torrenciales que sacudieron Yemen entre el 27 de julio y el 10 de agosto, una crisis más en un país devastado por la guerra y el hambre, considerado como la mayor catástrofe humanitaria del mundo.

La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU en el país (OCHA Yemen) entiende además que las lluvias han afectado a 85 municipios de 16 gobernaciones del país.

La ONU teme, según los pronósticos, que las lluvias continúen como mínimo a lo largo de la semana que viene, hasta el 20 de agosto.

Las próximas lluvias torrenciales, anticipa OCHA Yemen, afectarán a 20.000 personas más en las tierras bajas de las gobernaciones de Hodeida, Mahuit, Hadramaut, Haya, Lahj, Rayma, Sada, Sana (donde se encuentra la capital del país), Shabwah y Taiz.   

Los Hutus constatan al menos 91 personas fallecidas

Los rebeldes huthis de Yemen, por su parte, han constatado que al menos 91 personas han muerto y unas 25.000 familias se han visto afectadas por las lluvias torrenciales y las inundaciones en las zonas que tienen bajo su control, comenzando por la capital, Saná.

Al menos 140 edificios han colapsado y 5.699 han resultado dañados por las inundaciones, según ha informado el portavoz del llamado Consejo Humanitario huthi, Talat al Sharjabi, a última hora del sábado, en declaraciones recogidas por el portal de noticias de los rebeldes, Al Masira.