Rusia suspendió este lunes las inspecciones de sus instalaciones nucleares por parte de Estados Unidos en el marco del tratado START III, que limita el armamento estratégico y expira en 2026.

El Ministerio de Exteriores ruso explica que Moscú se ve obligado a tomar esa medida debido a las "sanciones unilaterales" adoptadas por Occidente debido a la campaña militar rusa en Ucrania, que le impiden realizar en territorio estadounidense las inspecciones contempladas por el tratado.

Moscú informó este lunes a Washington por los canales diplomáticos habituales de su decisión de suspender "provisionalmente" las inspecciones.

La nota oficial arguye que la actitud estadounidense no tiene en cuenta "la realidad existente", que ignora tanto la paridad como la igualdad de derechos estipulada por el último tratado nuclear entre ambas superpotencias, situación que considera "inaceptable".

Recuerda que debido a las sanciones contra Rusia, no hay comunicación aérea normal con EEUU, además de que el espacio aéreo de sus aliados está cerrado para los aviones rusos.

La mismas restricciones no se aplican en relación con los inspectores estadounidenses, motivo por el que la parte rusa se dirigió a su contraparte, pero sin recibir respuesta, precisa.

No puede ser reanudado

En caso de no solucionar todos estos problemas, advierte, el régimen de inspecciones en el marco del START III no puede ser reanudado, paso que sería "prematuro".

Rusia aboga por cooperar con EEUU en este terreno, aunque llama a la Casa Blanca a no forzar la reanudación de las inspecciones nucleares con medidas contraproducentes y a tener en cuenta la realidad actual, incluido los riesgos vinculados con la situación epidémica debido al reciente aumento de los casos de covid-19.

Además de insistir en que la suspensión es provisional, algo que permite el documento, resalta que Moscú se mantiene fiel al tratado, que considera un "importantísimo instrumento de mantenimiento de la estabilidad y seguridad internacional".

El anuncio se produce una semana después de que el presidente de EEUU, Joe Biden, propusiera a Moscú inmediatas negociaciones para la firma de un nuevo tratado nuclear.

Eso sí, Biden advirtió de que toda negociación "requiere de un socio dispuesto a operar de buena fe" y recordó que "la agresión brutal e injustificada de Rusia en Ucrania ha hecho añicos la paz en Europa y constituye un ataque contra los principios fundamentales del orden internacional". Ese mismo día, el presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró que "en una guerra nuclear no puede haber vencedores".

Nuevo START

Poco después de llegar a la Casa Blanca en enero de 2021 y apenas diez días antes de la expiración del tratado, Biden acordó con el presidente ruso renovar por cinco años más el también conocido como Nuevo START.

Este último tratado de desarme entre ambos países limita el número de armas nucleares estratégicas, con un máximo de 1.550 cabezas nucleares y 700 sistemas balísticos.

Recientemente, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que el mundo está "a un solo malentendido o un error de cálculo de la aniquilación nuclear", por lo que demandó a las potencias atómicas acuerdos para reducir esta grave amenaza. "La humanidad corre el peligro de olvidar las lecciones forjadas en las aterradoras llamas de Hiroshima y Nagasaki", afirmó.

En diciembre pasado el Kremlin puso condiciones a la coexistencia pacífica con EEUU, que incluía la firma de un nuevo tratado que excluía el emplazamiento de armamento nuclear fuera de sus fronteras y el retorno a sus silos de las armas ya desplegadas.

En una propuesta sin precedentes, que EEUU rechazó, ambas partes también se comprometerían a la destrucción de la infraestructura ya existente para ello en el extranjero, además de dejar de efectuar ensayos nucleares e instruir a especialistas civiles y militares de otros países.