El acoso de un grupo de manifestantes al líder del Partido Laborista británico, Keir Starmer, ha sembrado nuevas dudas sobre el comportamiento reciente del primer ministro, Boris Johnson, que acusó falsamente al dirigente opositor de no investigar durante su etapa en la Fiscalía al presentador Jimmy Savile, acusado de cientos de abusos sexuales.

Johnson se retractó de estas declaraciones, pronunciadas en la Cámara de los Comunes y motivo de la dimisión de una de sus principales asesoras. Sin embargo, entre quienes rodearon el lunes a Starmer en las inmediaciones del Parlamento hubo alusiones a Savile y gritos de "traidor".

La Policía tuvo que escoltar al líder laborista y detuvo a dos personas por estos incidentes, condenados por el propio Johnson. "Todo acoso a nuestros representantes electos es completamente inaceptable", afirmó el 'premier' en Twitter, en un mensaje en el que alabó la "rápida" respuesta de las fuerzas de seguridad.

Johnson no se disculpa pero condena lo sucedido

Downing Street niega que lo ocurrido tenga algo que ver con las declaraciones de Johnson y deja claro que el jefe del Gobierno no se disculpará. "Tiene otras cosas de las que ocuparse hoy", ha sentenciado una fuente consultada por la cadena BBC, después de que varios diputados, incluidos conservadores, sí hayan vinculado públicamente los dos hechos.

El secretario de Estado de Tecnología, Chris Philip, también ha defendido en una entrevista este martes que "no hay forma de establecer un vínculo razonable" entre los gritos de los manifestantes y la posición del primer ministro y ha señalado que, aunque las palabras de Johnson podían "malinterpretarse", ya están aclaradas.

Falsas acusaciones

De hecho, ya antes de la protesta del lunes había críticas sobre los matices parciales hechos por Johnson, que acusó a Starmer de "dedicar su tiempo a procesar a periodistas en lugar de a Jimmy Savile". A posteriori, aclaró que su rival político no tuvo nada que ver "personalmente" con la decisión de no procesar al difunto presentador y alegó que sólo quería poner el foco en la "responsabilidad" de la Fiscalía en su conjunto.

La polémica se suma al escándalo por las fiestas organizadas en Downing Street en plenas restricciones por la pandemia. Un informe oficial ya puso en cuestión el papel del Gobierno, que ahora está a la espera de las conclusiones a las que pueda llegar la Policía, que también ha abierto sus propias pesquisas.