Consumado en el Congreso el pasteleo a tres bandas (no olvidemos a Unidas Podemos) del Constitucional, con once díscolos para disimular, una parte de Diestralandia hace como que se avergüenza. "Inaceptable circo político a costa del TC", clama el editorialista de El Mundo. Su cabreo es por ver a los partidos de orden haciendo el trabajo de los de desorden: "Que nacionalistas y antisistemas trabajen para minar las instituciones no deja de tener su perversa lógica; lo que es inaceptable es que encuentren aliados entre los que se proclaman defensores de la Constitución. El TC merece respeto, empezando por dignificar su composición".

En la página anterior, Federico Jiménez Losantos hace el chiste que más de uno ha tenido en su cabeza cuando irrumpió en escena el más polémico de los cuatro nuevos magistrados. "Arnaldo, no; Otegi, sí", titula su pieza, cuya tesis es de cajón: "Ayer asistimos a ese obsceno espectáculo de los políticos nombrando jueces que juzgarán las leyes de esos políticos, con el estrambote de que 11, «por razones de conciencia», rechazaron votar al candidato del PP, llamado Arnaldo. Arnaldo se llama Otegi y pactar todo con él no altera la conciencia de Odón Elorza ni de la recua podemita, tan condenada que podría ser cuerda de presos. El Arnaldo de la ETA les gusta. El del PP, no".

Evitando el juego de palabras, la atizadora de El Debate Mayte Alcaraz recrimina más o menos lo mismo al más significados de los rebeldes: "Si Odón tuviera esa conciencia ética de la que en puridad carece, su fino olfato hubiera gripado hace muchos telediarios ante el tufo a mentira y podredumbre del sanchismo. Por eso, hemos de colegir que las tragaderas odoríferas de Elorza han debido de hacer callo ante semejante olla podrida y su pituita solo despierta cuando huele que se acerca el fin del spa que disfruta en la Carrera de San Jerónimo".

En Libertad Digital, punta de lanza de anticasadismo nacionalayusista, Emilio Campmany aprovecha el viaje para atizar al líder del PP por calzonazos: "Para completar la humillación, el PP ha permitido que [Enrique Arnaldo] sea el candidato menos votado de los cuatro que fueron elegidos este jueves. Cuando Odón Elorza comunicó su intención, Casado debió haber respondido que el PP votaría no a los dos candidatos propuestos por la izquierda, al socialista y al comunista, y que el marcador volvía a ponerse a cero. Naturalmente, no lo ha hecho".

Lo del candidato comunista que apunta Campmany tampoco se le escapa a Ignacio Camacho. "Los once que lo hicieron [votar en contra de Arnaldo] se retrataron en su doblez sectaria al rechazar sólo a uno de los aspirantes nominados por la derecha -el único especialista en Derecho Constitucional, por cierto- a cambio de incluir en el lote a un juez de extrema izquierda que no se corta a la hora de dejar su impronta ideológica en las sentencias", reprocha el opinador a los díscolos en su pieza de ABC.

Y terminamos con Francisco Marhuenda, director de La Razón, el único que abiertamente hace una loa del ya refrendado Arnaldo. Al hacerlo, cómo no, recurre a la cacharrería argumentativa de rigor: "Es evidente que tiene un currículum que lo hace idóneo, ya que es un jurista de gran calidad con una sólida formación y trayectoria. Lo que se buscaba era la descalificación de brocha gorda y el desprestigio personal. Fue una nueva inquisición al estilo de los tribunales populares, donde se asume la condición de culpable en un juicio mediático sumarísimo en el que no es posible defenderse. Odón Elorza y los que le han acompañado en su voto en contra, rompiendo la disciplina de sus grupos parlamentarios, lo han hecho por sectarismo e inquina". Y punto pelota.