La prensa diestra remeda hoy al Alcoyano. Sabe que se va a comer los indultos con patatas, y aun así, corre cada balón. El editorialista de La Razón encarna ese espíritu. Ante la noticia de que los recursos al Supremo se pueden ir por el desagüe, el amanuense arenga: "Sea cual sea el desenlace final, el pulso jurídico, actuar contra una medida arbitraria e insostenible que fragiliza la democracia, es razonable por estar justificada, más allá de que la ausencia de jurisprudencia abone la incertidumbre y las esperanzas. La única batalla que no se gana es la que no se da".

Pues ese mensaje podría ser para Julio Valdeón, uno de los pocos que ha tirado la toalla y pide misericordia a los vencedores. A su modo, claro: "La guerra posiblemente esté perdida. Tengan al menos el detalle de ahorrarnos el show. Cobren los cheques sin sacar pecho y, por lo que más quieran, súbanse las bragas y los gayumbos, que con tanto arrastrarse por el suelo más que vergüenza (ajena) empiezan a dar asco".

Vean qué ánimo tan diferente, en el diario, el de Josep Ramón Bosch, que da por fulminados a los independistas y a Felipe VI como el consumador del triunfo. Alucinen: "El Rey ganó, el 3 de octubre del 2017, con su emotivo discurso en un momento trágico para España. En breve, los separatistas estarán indultados, inhabilitados y divididos. El Rey firmará el indulto. Y el Rey de España ganará". Ra, ra, ra.

En ABC, la baza es el perverso Oriol Junqueras, que llena hoy la primera página del vetusto diario, junto a sus declaraciones ayer: "El indulto es un triunfo porque demuestra las debilidades del Estado". Es la prueba de cargo que necesita Ignacio Camacho para lanzar una diatriba a los que se entregan, segñun sus palabras, humillados y contentos: "Lo que está sucediendo es algo extraordinario. Las élites de la nación -el Ejecutivo, la patronal, parte de la Iglesia y el poder financiero- no sólo se humillan, contra la opinión de una abrumadora mayoría de los ciudadanos, ante unos sediciosos que blasonan de tener la sartén por el mango, sino que mientras les dan la razón sostienen que no hay que hacerles caso. Se trata de un fenómeno excepcional de trastorno cognitivo voluntario: el consenso autodestructivo de un Estado capaz de ufanarse de su disposición al escarnio".

Contrasta esa prosa dolida y doliente con la pretendidamente chistosa de un tal José F. Peláez. La intención es atizar al presidente de la CEOE por haber dicho que no vería mal los indultos si contribuyen a la normalización. Pero naufraga en una guasa sobre el significado en euskera del apellido Garamendi: "Garamendi suena a Garmendia, pero al buscarlo, parece significar 'monte de los helechos, que tiene mucho más sentido. En primer lugar, porque no se puede nombrar lo que no se conoce y es posible que el volcán más cercano al País Vasco esté en Sicilia, aunque no estoy seguro y no voy a levantarme a comprobarlo. Es cierto que el País Vasco tiene algo de Sicilia, pero no creo que Urgull esconda un Vesubio. Donosti es Palermo con más txikitos".

En El Mundo van precisamente a por Garamendi. "Líderes de CEOE estallan por los indultos y desbordan a Garamendi", atruena la portada. El complemento es un editorial titulado "El empresariado no respalda estos indultos". He aquí la tesis: "Y, pese a la vergonzante actuación de esa parte del empresariado catalán que sigue abrazado a las tesis más próximas al nacionalismo, nadie entendería que el grueso de los empresarios del país, y mucho menos quienes representan a la CEOE, respaldaran unos indultos que no cumplen las premisas básicas para su concesión y que permitirán al secesionismo enseñorearse de nuevo, cuando precisamente el procés ha causado tan enorme quebranto económico a todo el país".

Tirando del mismo hilo, Federico Jiménez Losantos titula su filípica en Libertad Digital "Los empresarios con el Golpe de Estado, la Nación se atrinchera en Madrid". Y sí, es exactamente lo que parece, la designación de Ayuso como la gran heroína de la reconquista: "La investidura de Isabel Díaz Ayuso, con sus votos y los de Vox, fue una inolvidable exhibición de la superioridad intelectual y moral de la Derecha frente a la idiocia miserabilista de la Izquierda, cuyo símbolo es ahora un inmigrante ilegal, jefe del hampa mantera, que tras quince años aquí aún no sabe hablar español y no pudo jurar la Constitución sabiendo lo que juraba".

Para evitar comentar lo anterior, vuelvo a El Mundo, donde hay una página completa titulada "Indultos y amnistías". La firma Adolfo Suárez Illana. ¿Y qué dice? Me he hecho el favor (y se lo he hecho a ustedes) de no tratar de averiguarlo.