Genio y figura, Esperanza Aguirre se presentó ayer, 14 de abril, en la cola de la vacunación con una mascarilla con la corona real y la leyenda V.E.R.D.E., acrónimo de "Viva el Rey de España". Alguien que firma en La Razón como M. Sanjuán celebra hoy con algarabía la ocurrencia de la lideresa emérita bajo el título "14 de abril, día de la Monarquía Parlamentaria". Apártense que les suelto el primer párrafo: "Cualquier día es propicio para celebrar el legado y el presente de la monarquía constitucional en nuestro país. También el 14 de abril. Habrá quien lo considere una provocación o un gesto arrogante, pero no. No hay debate, salvo una minoría extremista y ultra vinculada a la izquierda y al nacionalismo etnicista y supremacista, que discuta este periodo bajo la Corona y la Constitución del 78 como el de mayor libertad, prosperidad, bienestar y convivencia de nuestra historia".

Resulta curioso —o no— que las plumas diestras hayan dejado para el día después sus filípicas no se sabe si requetemonárquicas o antirepublicanas. Juzguen ustedes, porque tenemos una abundante selección del género, empezando por Francisco Marhuenda, que sienta cátedra así: "La Segunda República es la expresión de un gran fracaso colectivo que condujo a la Guerra Civil. El radicalismo y el sectarismo fueron lo habitual y el enfrentamiento entre las partes hizo imposible cualquier atisbo de entendimiento".

Unas páginas antes, Jorge Vilches clama que "La República no fue una democracia" y, como no, aprovecha para mezclar pasado, presente e hipotético futuro: "Un régimen se construye para asegurar la libertad de los ciudadanos. La República no lo hizo, ni lo haría una Tercera en manos de los que hoy la defienden. Un debate hoy sobre la forma de Estado es un error cuando está debilitado el sistema de partidos, los totalitarios en el Gobierno, y los nacionalistas han desatado el independentismo esperando revolver el río para pescar".

En ABC (y tiene mucho sentido), más de lo mismo, con el director, Julián Quirós, abriendo el fuego bajo el despectivo encabezado "Recuerdo de la republiqueta". La culpa fue, viene a decirnos, del partido que hoy gobierna en España: "El PSOE actuó y conspiró contra la República antes y después de perder el poder; destruyó la República y en definitiva convirtió el régimen en una republiqueta, un monstruo político inviable que dividió y enfrentó a los españoles hasta una guerra fratricida. Sin duda, frente a esta memoria histórica, mejor el olvido".

Luis Ventoso le toma el relevo para afear a a Sánchez que ayer hiciera una mención expresa al aniversario: "Decepcionante que el actual presidente reivindique aquel fiasco mientras ha forzado una suerte de pena de destierro sin juicio de Juan Carlos I, cuyo reinado de estabilidad, concordia y enorme modernización sí ha sido de verdad un hito en la historia de España".

Casi tal cual es el razonamiento (o lo que sea) de Eduardo Álvarez en El Mundo: "Poca fineza de quien hoy es presidente del Gobierno del Reino de España mostrar tanta añoranza por aquel régimen sin hacer al menos alguna alusión al sistema coronado que consagra nuestra Constitución y que nos ha proporcionado mucha mayor prosperidad de la que lograron alumbrar los dos experimentos republicanos".

Santa Ayuso, líbranos del hachazo fiscal

Desmemorias malintencionadas aparte, los amanuenses siguen echando pestes de lo que llaman hachazo fiscal a Madrid. O "Contra Madrid", que es como titula Juan Ramón Rallo su columna. He aquí un fragmento: "El objetivo no es otro, claro está, que finiquitar la estructura fiscal de la Comunidad de Madrid, la única en toda España que ha decidido - dentro del legítimo ejercicio de sus competencias fiscales- suprimir el Impuesto sobre el Patrimonio e introducir bonificaciones del 99% para familiares directos en el Impuesto sobre Sucesiones. En el fondo, de lo que se trata es de igualar a todas las autonomías en las peores políticas intervencionistas para que ninguna sobresalga en medio de tanta mediocridad. No sea que los ciudadanos descubran qué políticas funcionan y cuáles no".

En Vózpuli, Javier González-Ferrari sube hasta el ático la carga de vitriolo: "Si el 4 de mayo el mejunje de frutos rojos consigue el poder en Madrid nos van a dejar tiesos como la mojama. Ese cóctel de impuestos puede acabar con las clases medias y hacerle un roto a la locomotora de la economía española. El día 5, las colas para la vacunación pueden ser un chiste comparado con la cola para cruzar la frontera con Portugal".

Pero no hay motivo para temer esa desbandada al exilio portugués, porque Ayuso es invencible, según proclama José Alejandro Vara: "Ayuso sobrevive incólume a estos zarpazos. Lejos de amilanarse, ha respondido con un enorme bofetón a los sabios gurús de la Moncloa allí donde duele, en pleno corazón de la artillería mediática. Ha colocado la palabra libertad en el frontispicio de su campaña, en el eje de su discurso". Hasta aquí hemos llegado por hoy.