La selección española femenina de balonmano se quedó definitivamente fuera de los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de Tokio, tras el triunfo de Hungría, que no falló y se hizo con el ultimo billete en juego para siguiente, al imponerse este lunes por 26-23 a Suecia.

Una victoria que acabó con las esperanzas del conjunto español, que cayó este lunes por 31-34 ante Rusia y que necesitaba que el equipo sueco, ya clasificado para los cuartos de final como primero de grupo, lograse, al menos, empatar con Hungría.

Resultado que comenzó a antojarse tremendamente complicado tras los cuatro goles de ventaja (10-6) a adquirió a los veinte minutos del primer tiempo el equipo magiar, que necesitaba ganar para asegurar su presencia en la siguiente ronda.

Sin embargo, Suecia pareció seguir dando esperanzas a la "Guerreras" y de la mano de la lateral Johanna Westberg lograron igualar la contienda (15-15) al llegar al descanso.

Pero la mayor ambición del conjunto húngaro, que necesitaba la victoria para acceder a la siguiente ronda, se impuso finalmente y las de Gabor Elek rompieron definitivamente el encuentro a su favor en el arranque de la segunda mitad, gracias a un contundente parcial de 6-0.

Un parcial que situó a Hungría con una ventaja de seis goles (21-15) a los diez minutos de la reanudación, que las magiares, pese al errático final de partido que protagonizaron ambos conjuntos, supieron manejar hasta el final.

Con este resultado la selección española se despide de un torneo olímpico en el que las de Carlos Viver desperdiciaron hasta dos ocasiones, tras caer el pasado sábado ante Hungría (29-25) y este lunes (31-34) para certificar la clasificación para los cuartos de final.

Las 'Guerreras' estuvieron muchos minutos a merced de la actual campeona olímpica y funcionaron solo a chispazos. Con el Grupo B abierto hasta esta última jornada, las de Carlos Viver necesitaban sumar al menos un punto para asegurarse los cruces.

Rusia, con Anna Vyakhireva y Daria Dmitrieva destacadas, más las paradas de Kalinina, condenó a sufrir a una España con muchas pérdidas e incapaz de dar continuidad a los momentos buenos.