Estamos en Etxaleku, localidad situada al norte de Navarra en el valle de Imotz, de la que además es la capital y al mismo tiempo el concejo más poblado de los ocho que componen todo el valle. Etxaleku, es la ciudad principal y tiene un total de 115 habitantes, le siguen los concejos de Eraso (44), Goldaratz (35), Latasa (83), Muskitz (36), Oskotz (68), Urritza (40) y Zarrantz (14). Entre todos forman el valle de Imotz, un municipio de la Comunidad Foral de Navarra, situado en la Merindad de Pamplona, en la comarca de Ultzamaldea y a 30 kilómetros de la capital de la comunidad, Pamplona.

Para llegar al concejo navarro de Etxaleku hay que volver a Eraso y continuar por la NA-4130 a unos 2,5 kilómetros hasta llegar al cruce, desde el que parte, a la izquierda, el desvío a esta población. Su caserío, de casas grandes, algunas con portadas del siglo XVI, se dispone alrededor de la nueva iglesia de San Esteban, aunque aún se conserva la gran portada gótica de la antigua en el cementerio, situado en lo alto de la población. Cada año celebran sus fiestas del 1 al 3 de septiembre en honor de San Esteban.

Puntos para ver

Tal y como hemos ido diciendo, Etxaleku es uno de los ocho concejos que forman el valle de Imotz, por lo que recomendamos que una vez visitemos y veamos Etxaleku no perdamos la oportunidad de descubrir los demás concejos del valle. Empezaremos con Galdaratz, un concejo que está encaramado en lo alto de la sierra rodeado de bosques y prados. Su iglesia es románica y entre sus caseríos encontraremos una famosa posada. Por otro lado está Oskotz que tiene casas grandes y antiguas, a los pies de la iglesia gótica del siglo XIV. Además, tiene un lavadero que ofrece unas buenas vistas bajo el refugio de su bóveda de medio cañón.

El valle de Imotz tiene la virtud de estar muy bien comunicado, pero también la de estar muy apartado: podemos subir hacia la sierra de Aralar por Goldaratz o internarnos en un valle de bosques y bellos pueblos como Muskitz o Latasa. El primero, por ejemplo, tiene una casa rehabilitada en la que bajo su espectacular cubierta de madera se realizan talleres de trabajo y exposiciones. En cuanto a Latasa diremos que es donde se inicia la vía verde del Plazaola y es un sitio perfecto para los cicloturistas de todas las edades. Además, en el valle de Imotz, podremos dar una vuelta por sendas convenientemente acondicionadas. Especialmente recomendado para BTT.

En el recorrido entre concejos podremos disfrutar también de la arquitectura, algo en lo que se ha querido poner especial atención. Gracias a esto se pueden ver caseríos especialmente cuidados y conservados, fuentes, molinos, lavaderos, puentes de piedra, etc. En definitiva, se ha hecho un gran trabajo para conservar el pasado e integrarlo en el presente a la perfección.

Legado artístico

Etxaleku es la capital y concejo más poblado del valle de Imotz, y desde su constitución como municipio, es junto a Oskotz el pueblo más grande. En este lugar podemos encontrar el Ayuntamiento del valle, que se construyó en 1992, hace 29 años, con una más que llamativa fachada. Por otro lado, la antigua iglesia, data del siglo XIV, hace las funciones en la actualidad de cementerio. Como dato curioso este lugar, situado en lo más alto del pueblo, conserva en la actualidad las paredes originales y la puerta gótica de la antigua iglesia.

No podemos dejar de mencionar tanto la iglesia actual como la ermita de San Pedro. La primera se construyó en el siglo XIX, entre 1872 y 1876, y puede que sea muy grande para un pueblo como Etxaleku. Destacaremos que la mayor parte del retablo es de principios del siglo XVII, posteriormente ampliado en el año 1897. En cuanto a la ermita de San Pedro diremos que era el lugar donde los curas del Arciprestazgo de Basaburua, Gulibar e Imotz celebraban las reuniones. Era de estilo gótico. De la ermita, en la actualidad, tan solo se conservan el solar y la entrada.

Por último, Pagadiandieta, situado al norte de Etxaleku y que hace frontera con Ihaben, es el monte más destacable. Por otro lado, los montes Lausti y Aizkorre limitan con Oskotz y Gartzaron, mientras que al sur están Amezti, Mendikur y Korosti.

La vía verde del Plazaola

En el valle de Imotz se pueden hacer muchas rutas pero nosotros destacaremos la de la vía verde del Plazaola. Es un recorrido para senderistas y ciclistas por lo que fue el antiguo trazado del tren que unió Iruña y Donosti entre 1914 y 1953. Entre sus caracteristicas destaca su paisaje increíble, una multitud de túneles que atraviesan todo el recorrido y muchas pendientes uniformes. Entre las cuevas hay una muy famosa que se llama Uitzi, con una distancia de casi tres kilómetros, y para la que se recomienda el uso de linternas independientemente de que esté iluminado. En definitiva, es un largo paseo especialmente hecho para cicloturistas.