ara ir de Polonia a Portugal no es necesario pasar por Urretxu y Zumarraga, pero Gilad Sade ha decidido desviarse un poquito para visitar a su amigo Andoni Lubaki y reparar su bicicleta.

Sade es un israelí con orígenes kurdos que está cruzando Europa con su bicicleta, siguiendo las huellas de sus antepasados. Es amigo del fotógrafo de conflictos urretxuarra Andoni Lubaki. Los dos son miembros de Ronak Press, colectivo que ha montado la exposición Paralelo 33 en la casa de cultura de Aiete. En dicha muestra se pueden ver varias fotografías de Sade. Ha aprovechado la parada en Gipuzkoa para visitar la exposición, por supuesto.

Su destino es Portugal, pues allí vivieron algunos de sus antepasados. Partió en julio de Polonia y desde entonces ha completado unos 4.200 kilómetros, del Báltico al Atlántico.

Sade no conocía Euskal Herria. "Me está gustando mucho. Lo más bonito es el mar. En ningún lugar he visto uno tan bonito como en Donostia". Y no se puede decir que no conozca mares... Ha estado en el Negro, el Rojo, el Caspio, el Muerto... "De entre todos los mares que conozco, el que más se parece al de Euskal Herria es el de Abjasia".

En Euskal Herria, además de en Urretxu, Zumarraga y Donostia, ha estado en Baiona, Biarritz, Hendaia, Irun... "Ahora he venido a las Basque Highlands", bromea, conocedor de que Goierri y Urola Garaia son las tierras altas de Gipuzkoa.

De Urretxu y Zumarraga irá a la costa. Le encanta el mar y el viaje a Portugal lo realizará por Cantabria, Asturias y Galicia. Después volverá al norte de Europa... pasando por Andalucía.

Quiere dejar claro que está realizando un viaje sostenible. "Cuando voy a una cafetería, les digo que me sirvan el café en un vaso que traigo desde Polonia. En muchos sitios tienen costumbre de sacar el café en vasos de plástico y no me parece bien".

Por otro lado, todos los complementos de su bicicleta los ha hecho él mismo, con material reutilizado. "Intento comprar el menor número de cosas posible", comenta. Ha tenido una avería y la reparará en el taller Zatika de Zumarraga, porque en las tiendas de Donostia había listas de espera de hasta dos semanas y en Zumarraga le han hecho un hueco para que pueda proseguir con su viaje cuanto antes.

Suele pedalear por carreteras poco transitadas y hasta por pistas. Acampa en el monte o duerme en casas de gente que conoce en el camino. Para la higiene personal, utiliza el agua de los ríos. No hay cuidado de que se pierda: es experto en técnicas de supervivencia y ha impartido cursillos.