- Son días de colas en la entrada de los supermercados. En el Eroski de Zumarraga se han llegado a formar hileras de gente de más de 100 metros: hasta la parroquia, nada más y nada menos. Cada uno lo lleva como puede: unos leen la prensa, otro habla con ese vecino al que hacía días que no veía y ahora tiene a solo 1,5 metros, hay quien aprovecha para ver el enésimo vídeo que le ha llegado por WhatsApp... De repente, rebuzna un burro. A falta de músicos de balcón, es un burro el que se encarga de hacer más amena la espera en la cola del Eroski de Zumarraga.

Seguro que más de uno se ha preguntado quién es ese burro y dónde se esconde. Pues que sepan que no es un burro cualquiera. Es nada más y nada menos que Txuti, el burro que en compañía de su dueño Gregorio Zabalo ha completado en cuatro ocasiones el Camino de Santiago.

Zabalo tiene 80 años. A finales de la primera década de este siglo se encontró en Estella con unos extranjeros que estaban completando el Camino de Santiago con la ayuda de burros y decidió hacer lo mismo. Su hermano tenía un asno en el caserío, pero no estaba acostumbrado a andar. Se puso en contacto con Gorriti, el zumaiarra que recorre las fiestas con sus animales, y le compró un burro. Le puso de nombre Txuti y le acostumbró a caminar con cestas cargadas. Txuti es servicial y listo y enseguida comenzó a seguir a su dueño sin que este necesitara tirar de él.

El viaje resultó todo un éxito: Zabalo y Txuti llegaron a Santiago de Compostela felices de la vida. En el camino, el resto de los peregrinos les sacaron cientos de fotos y hasta salieron en el programa Bi errepidean de ETB. La experiencia fue tan positiva, que Zabalo y Txuti volvieron a completar el Camino en otras tres ocasiones.

Además, en Navidades Txuti trabaja para Olentzero, ha participado en la Euskal Jaia de Urretxu, todas las mañanas da los buenos días a los vecinos de Zumarraga con sus rebuznos...

A Zabalo le gustaría completar el Camino de Santiago por quinta vez, pero estos últimos años ha tenido un par de accidentes y todavía no está en plena forma. Su fiel amigo Txuti le esperará todo lo que haga falta. Mientras tanto, desde el convento de las hermanas mercedarias, lugar en el que reside, ameniza la espera de los zumarragarras que quieren hacer sus compras en Eroski.