El grupo de teatro Karmakros de Urretxu y Zumarraga ha organizado durante los últimos años un concurso de teatro de bolsillo (obras de pequeño formato y corta duración) llamado Antzezmotz. El grupo atraviesa un momento delicado y este año no habrá concurso, pero la sala Juan de Lizarazu de Urretxu acoge una muestra de fotografías sacadas por los miembros del grupo Argazkia en las galas de Antzezmotz.

Es uno de los legados de esta iniciativa. El otro es el buen ambiente reinante en las galas. Antzezmotz no conseguía atraer a cientos de espectadores, pero sí lograba que todos los que se daban cita en el salón Labeaga de Urretxu disfrutaran de un ambiente de camaradería e hiciesen nuevos amigos. Los grupos de teatro amateur que participaban en el concurso, los organizadores, los fotógrafos de la asociación Argazkia, el jurado y el público formaban una pequeña familia. En ese bolsillo, además de teatro, había muy buen rollo.

Desgraciadamente, Karmakros se ha quedado en cuadro y este año no habrá Antzezmotz. Mary Franco y Arantxa Azaldegi, de Karmakros, invitan a los vecinos a hacer teatro con ellas. Les prometen buen ambiente y diversión.

Franco tiene 73 años y es aficionada al teatro desde niña. “Vivía en la calle Iparragirre de Urretxu y montaba espectáculos para el resto de los niños de mi portal. Hasta les cobraba algún centimillo. Recuerdo que cogía una maleta vieja y la llenaba de zapatos. Después, hacía como que se había abierto por accidente y todos los zapatos salían volando. Los niños se morían de risa. También me subía a la plataforma que había en la estación del Urola y cantaba ¡Ay pena, penita, pena! de Lola Flores. Hasta me echaba a llorar”, recuerda.

Ya de adulta, iba a los espectáculos que se programaban en Donostia. “Me veía en el escenario”, comenta. Pero no pudo subir a un escenario hasta que se jubiló. “Tengo dos aficiones: la pintura y el teatro. Aunque tarde, las he podido desarrollar. Cuando me jubilé, acudí al grupo de teatro Karmakros. Me vi mayor con respecto a los demás y pensaron que no volvería, pero volví. De eso hace ya 13 años”.

Dice que estos 13 años han sido maravillosos. “Karmakros me ha ayudado a cumplir mi sueño. Además, hacer teatro es muy enriquecedor: sirve para ejercitar la memoria, da alegría, ayuda a perder la vergüenza... El teatro me hace feliz. Me aporta mucho”.

Invita a la gente a hacer teatro con Karmakros. “Nos gustaría que vinieran tres o cuatro personas, para poder seguir. Vamos a organizar un cursillo, a ver si la gente se apunta y le gusta”.

Azaldegi tiene 56 años y a ella también le gusta el teatro desde niña. “Fui al colegio de las Hijas de la Cruz de Tolosa y cuando se iba a montar una obra era la primera en apuntarme. Pero eran otros tiempos y en casa no me dejaron estudiar teatro”.

Desde que se casó vive en Zumarraga y fue en el grupo del colegio La Salle-Legazpi de esta localidad donde retomó la actividad teatral. Después, se apuntó en Karmakros. También hace teatro en el pueblo en el que veranea: Cerezo de Río Tirón, en Burgos. “El teatro me lo da todo. Tuve una depresión y fue el teatro el que me curó. Solo salía de casa para ir a los ensayos”, comenta. Al igual que su compañera, invita a los vecinos a formar parte de Karmakros.

Agradecimiento Y agradece a los miembros de la sociedad fotográfica Argazkia la labor que han realizado en Antzezmotz. “Las fotos y el trabajo que han hecho son muy buenos”, comenta. “Tienen una colección de fotos increíble. Las que están expuestas en la sala Juan de Lizarazu son divinas”, añade su compañera. La muestra permanecerá abierta hasta el día 1 de marzo.

Este año no habrá teatro de bolsillo, solo exposición, pero el bolsillo no se ha roto. Seguro que tarde o temprano Karmakros retomará su actividad.