No hay Ayuntamiento que huya de la ambientación navideña. En Urretxu no tienen noria como en Donostia o millones de bombillas como en Vigo, pero pueden presumir de iluminar a dos retoños del árbol de Gernika y al autor del himno Gernikako Arbola.

Los árboles y la estatua del autor del Gernikako Arbola se encuentran en la plaza del ayuntamiento de Urretxu. La plaza Iparragirre. Es la plaza mejor iluminada del pueblo, por muchos motivos: es la plaza donde se encuentra la casa consistorial, está dedicada al hijo predilecto, tiene dos retoños del Árbol de Gernika... y, además, en 2020 se celebrará el 200º aniversario del nacimiento del bardo.

Los retoños del Árbol de Gernika están diseminados por todo el mundo, pero pocos pueblos tienen tantos como Urretxu. Este honor está justificado. No en vano, Urretxu es la localidad natal de Joxe Mari Iparragirre: el bardo que dedicó un himno al árbol. En la localidad de Urola Garaia hay tres retoños del Árbol de Gernika: dos en la plaza del ayuntamiento (junto a la estatua de Iparragirre) y otro en el mausoleo del músico y poeta.

El estado del ejemplar plantado en el cementerio es muy bueno. En octubre los vascos de la diáspora que participaron en el congreso de las colectividades vascas visitaron Urretxu y se hincharon a coger bellotas.

Los árboles de la plaza Iparragirre, en cambio, no gozan de tan buena salud. Hay que tener en cuenta que es un entorno muy urbanizado. Hace algunos años se renovó la plaza y se construyeron garajes debajo. Perderían algunas raíces importantes y eso se suele notar en la copa del árbol.

Hasta hace un par de años había tres en la plaza, pero uno se tuvo que cortar, debido a que estaba muy enfermo. Además, hacía sombra al que tenía al lado, poniendo en peligro su vida.

El que mejor salud tiene lleva muchos años allí. El de al lado y el del mausoleo son de los años de la Transición. Años después se solicitó un quinto retoño. Lo llevaron a Schwarzenbruck, localidad hermanada con Urretxu. Está plantado en el jardín del ayuntamiento.

Conseguir un retoño no es nada fácil. Hay que solicitarlo a la Casa de Juntas de Gernika. Piden que se justifique la petición, son ellos mismos los que lo plantan y entregan un certificado.

Para colocar luces de Navidad en un retoño del Árbol de Gernika no hace falta pedir permiso a la Casa de Juntas (menos si son rojas y blancas). Y para iluminar la estatua de Iparragirre, tampoco. Esta estatua lleva más de un siglo en la plaza que lleva el nombre del bardo.

Se inauguró el 28 de septiembre de 1890, a los nueve años de la muerte de Iparragirre. La pagaron las instituciones, con la ayuda de una suscripción popular en la que participaron las colectividades vascas de La Habana y Buenos Aires.

El monumento es obra de Francesc Font y Pons. El escultor catalán utilizó mármol de Carrara. Se trata del mármol más conocido del mundo. Es muy preciado, por su blancura, porque apenas tiene vetas y porque su grano presenta un fino aspecto harinoso. Hace dos años el Ayuntamiento limpió el monumento y desde entonces se vuelven a apreciar todos sus detalles y la belleza del material con el que está hecho.

El David de Miguel Ángel El mármol de Carrara se extrae desde la antigüedad. Las primeras canteras datan de la Edad de Bronce. Utilizaban este material para hacer utensilios de todo tipo y objetos decorativos que se incluían en las tumbas de los muertos. Los romanos utilizaron mucho este mármol, para las construcciones públicas de Roma y para muchas casas patricias. Siglos después, con la expansión del cristianismo, se utilizó mucho para la construcción y decoración de edificios religiosos. Pero si hay una obra de arte que ha otorgado prestigio al mármol de Carrara, esa es el David de Miguel Ángel.

Iparragirre no era tan guapo como David y su estatua no tiene el prestigio de la que se expone en Florencia, pero el bardo urretxuarra puede presumir de disfrutar de la compañía de dos Árboles de Gernika y de tener iluminación navideña.