a forma en que se descubrió el yacimiento prehistórico de Asurtzu, ubicado en la ladera norte del monte Erlo, en la sierra de Izarraitz, es digna de un cuento. Todo ocurrió hace ya algo más de tres lustros cuando, en uno de sus incontables paseos por los montes del entorno, los integrantes del grupo de arqueología Antxieta de Azpeitia se toparon (nunca mejor dicho) con unos restos que tenían toda la pinta de tener varios miles de años.

Tras echar un vistazo por la zona, los miembros de Antxieta taldea rápidamente se percataron de que aquellos restos habían salido a la superficie por la acción de un topo.

Sin saberlo, el pequeño roedor les había indicado el lugar en el que se hallaba el que es, sin duda, uno de los yacimientos arqueológicos más prometedores localizados en el siglo XXI en el valle del Urola.

Sin pensárselo dos veces, los arqueólogos aficionados de Azpeitia se pusieron manos a la obra y en el año 2006 dieron inicio a la primera campaña de prospecciones en Asurtzu. El integrante de Antxieta taldea Javier Lazkano la recuerda: “Al principio pensamos que no habría gran cosa aparte de material relacionado con el pastoreo pero poco a poco pudimos constatar que desde hace 8.000 o 9.000 años había asentamientos de gente por allí; no sabemos qué es lo que hacían pero su actividad no estaba solo relacionada con el pastoreo”.

El colectivo azpeitiarra ha realizado hasta la fecha una veintena de sondeos en Asurtzu “y en casi todos hemos encontrado rastros dejados por el hombre”, subraya Lazkano, para quien los hallazgos realizados “son muy interesantes”.

Por esa razón, los miembros de Antxieta plantearon al Consistorio azpeitiarra la posibilidad de dar un salto cualitativo y poner las prospecciones de Asurtzu en manos de personas expertas. El Ayuntamiento recogió el guante y durante todo este mes está trabajando en el yacimiento un equipo multidisciplinar de la Universidad de Valladolid, bajo la dirección científico-técnica del catedrático Manuel Rojo y de la doctora Izaro Quevedo. Ambos reconocen “la gran labor” realizada por el grupo Antxieta ya que “gracias a su trabajo en este lugar mágico se observa una gran actividad antrópica, pero no se sabe muy bien qué finalidad tenía”, explica Rojo.

El catedrático piensa que esa actividad “tiene que ver con la minería del hierro, probablemente también del cobre. Pero eso hay que constatarlo y para ello estamos haciendo una excavación a gran escala”. A su juicio, en Asurtzu se pueden conseguir resultados importantes en el futuro “pero la arqueología no son matemáticas”. l

Expertos de la Universidad de Valladolid constatan “una gran actividad antrópica” en Asurtzu y tratan de averiguar “qué finalidad tenía”