Si con cerca de 1.700 participantes la tamborrada de adultos que recorrió la noche del domingo el entramado urbano de Azpeitia fue la más multitudinaria de la historia, la tamborrada infantil que al mediodía de ayer llenó de colorido el centro histórico de la villa del Urola fue la más rápida de los últimos tiempos.

Como cada año, el desfile arrancó puntualmente (a las 12.30 horas) desde las ubicaciones habituales (las calles Artzubia y Arana), pero apenas una hora después ya se había dado por concluido tras la interpretación de las últimas piezas musicales en Plaza Nagusia.

Y es que, dadas las bajas temperaturas que se registraron ayer en Azpeitia (al mediodía el termómetro marcaba tres grados), la cosa no estaba para que los escolares permanecieran quietos mucho tiempo.

Ante esa situación, las personas que organizan la tamborrada infantil se decantaron por acelerar el normal ritmo del recorrido y de esa forma minimizar el tiempo que las niñas y los niños debían estar expuestos al frío. Una acertada decisión que, probablemente, haya contribuido a no colapsar durante la jornada de hoy el ambulatorio de una localidad que en las últimas semanas está padeciendo un inusual brote de paperas entre los pequeños.

Cuestiones de salud y prevención de resfriados al margen, lo cierto es que la tamborrada infantil del día de San Sebastián volvió a ser todo un espectáculo en Azpeitia.

Repartidos en una decena de compañías (tres de Karmelo Etxegarai ikastola, tres de Iraurgi ikastetxea, dos de Ikasberri Ikastola, una de Itsasi dantza taldea y otra de Juan de Antxieta musika eskola), en torno a 600 escolares participaron en un alegre desfile que volvió a estar encabezado por un grupo de gastadores.

Una vez más, el cierre de la tamborrada estuvo protagonizado por una impresionante carroza; en esta ocasión diseñada por el joven arquitecto local Aitor Expósito y dedicada al modo de vida del caserío.

En vista de los aplausos que cosechó a su paso, la carroza (el honor de completar el recorrido a bordo recayó esta vez sobre seis integrantes del grupo de danzas Itsasi) resultó muy del gusto de la ciudadanía. Y no era para menos; toda vez que a través de diferentes elementos característicos del caserío (un carro, marmitas para la leche, una máquina para picar carne y hacer chorizos, quesos, verduras...) su autor representó con acierto (y buen gusto) el modo de vida de los y las baserritarras.

De todos modos, el desfile de las compañías y la presentación en sociedad de la carroza no fueron los únicos ingredientes que se cocinaron en torno a la tamborrada infantil de ayer en Azpeitia. El menú de una jornada tan especial se completó con un homenaje a las personas voluntarias que dedican parte de su tiempo a acompañar y hacer más ameno el día a día de los mayores del pueblo.

UN BONITO HOMENAJE Al voluntariado de mayores Por su "labor impagable"

El salón de plenos fue el escenario elegido por el Ayuntamiento para rendir el merecido homenaje al conjunto de azpeitiarras que colaboran con las personas mayores del pueblo.

En presencia de ediles de las dos formaciones representadas en la corporación (EH Bildu y PNV), la alcaldesa de Azpeitia, Nagore Alkorta, agradeció a los 32 voluntarios asistentes (la mayoría mujeres) la "impagable labor que hacéis" porque, "en una sociedad como la actual en la que siempre estamos corriendo, sois capaces de sacar tiempo para los demás". Según Alkorta, "las personas como vosotras hacen que Azpeitia sea un pueblo mejor".