Villabona - El puente de Legarreta está de nuevo abierto tras las obras de ampliación. El proyecto de reforma ha permitido separar el tráfico rodado y el peatonal, lo que ha repercutido en la seguridad de los viandantes. "Los vehículos tenían que compartir la plataforma con los peatones, lo que provocaba situaciones de peligro", explicó ayer la diputada de Infraestructuras Viarias, Aintzane Oiarbide, que quiso acercarse a Villabona para ver in situ el resultado de la obra.

El puente de Legarreta o más conocido en Villabona como puente de Sacem tiene una longitud de 100 metros y antes de las obras, con una anchura de 5,6 metros, vehículos y peatones compartían calzada, lo que provocaba todos los días situaciones de peligro, sobre todo al paso de vehículos pesados, ya que la empresa Arteka origina un gran número de desplazamientos de camiones.

La obra que ha llevado a cabo la Diputación ha consistido en adosar una estructura metálica de 80 cm de ancho a ambos bordes del tablero, consiguiendo ampliar su anchura hasta los 7,2 metros. Esto ha permitido disponer de una calzada de 5,2 metros de anchura para vehículos y, además, de una acera de dos metros, separada por una barandilla.

Aintzane Oiarbide también respondió a las críticas recibidas porque tras la ejecución de las obras el puente no permite el paso simultáneo de dos vehículos. "Desde el principio dijimos que no iba a ser posible, porque los pilares que tiene el puente no lo permitían. La Confederación Hidrográfica no nos ha dado el permiso para poder hacerlo", aclaró la diputada.

La zona del puente de Legarreta también ha sido considerado un "punto negro" para la seguridad de las mujeres. La iluminación de la baranda con ocho puntos de luces LED espera mejorar la seguridad.

El proyecto ha contado con un presupuesto de 500.000 euros y solo faltan varios retoques en la zona contigua, para lo cual la Diputación está en contacto con el Ayuntamiento.