Su txoko guipuzcoano preferido. Me gusta mucho el jardín del palacio Miramar, se presta para hacer lo que te apetezca.

Un paisaje idílico. El pueblo de San Juan, al atravesarlo y llegar a la bocana, el paisaje que ofrece.

Un monte. Jaizkibel, es el que veo desde casa. Soy muy de aquí.

Una playa. Hondarribia, es donde he pasado los veranos.

Unas fiestas. Me gustan todas las fiestas, pero de elegir una destacaría el Atlantikaldiaque está cogiendo mucha fuerza y Errenteria se convierte en una capital.

Errenteria - ¿Cómo le vino la idea de abrir una tienda de lanas en Errenteria?

-Desde niña el tiempo de ocio lo dedicaba a manualidades y a las lanas. Me di cuenta de que no tenía tiendas para abastecerme. En Errenteria había una tienda, pero muchas veces había que ir a Donostia y no todo el mundo tenía medios. Cuando veía una tienda de lanas, me deslumbraba, así que siempre he tenido la idea de abrir una tienda. En mi madurez he pensado que no era tan mala idea, porque tenía que haber más gente a la que le gustara tejer.

¿Cuánto le ha llevado diseñar el tipo de tienda que quería?

-Me puse a desarrollar el plan de viabilidad en la agencia de desarrollo comarcal Oarsoaldea. Pensé que me iba a llevar unos meses, pero al final invertí prácticamente todo un año. Mi idea era no abrir una mercería, sino una tienda de lanas, que hubiera de todos los grosores, colores, calidades, baratas, caras... que abarcara a todo tipo de público en un solo espacio. La tienda se abrió el 11 de junio.

Un valor añadido de su establecimiento es que hay grupos que se juntan para tejer.

-Que la gente se juntara en mi tienda para desarrollar sus proyectos era una idea que me atraía mucho. Cuando entraba en una tienda, oía voces en la trastienda, pero no veía el trabajo que estaban haciendo. Yo pienso que la gente que está haciendo labores con el género de la tienda no puede estar escondida. Aquí tengo la mesa para las labores cerca del mostrador y cuando entra alguien a comprar incluso participan de la venta. Eso da una vidilla, genera mucho bienestar, tanto para los que vienen a comprar como para las que hacen sus labores.

¿Han tenido aceptación estos grupos de labores?

-Sí, pero como la tienda no es muy grande me he puesto como límite cuatro personas por grupo, dos horas a la semana. A la mañana hay un turno y a las tardes tengo dos turnos. Cada tejedora va haciendo su propio proyecto y los proyectos son individuales. Hay un ambiente muy bonito, la gente continúa.

Al margen de los grupos también organiza talleres puntuales.

-Sí, este mes, el 7 de marzo, he organizado un taller para hacer maceteros, que tienen mucha aceptación.

¿En los últimos años se ha puesto de moda un ocio más artesanal?

-Creo que siempre ha habido afición, pero las redes sociales les ha dado mucha visibilidad, muchos exponen sus creaciones y sirve para darte nuevas ideas. Hay mucha gente joven que ha empezado a tejer y es muy relajante y atractivo al estar rodeados de color.

La lana es muy versátil.

-Sí. Se pueden hacer prendas, regalos, bolsos, objetos de decoración... Antes, cuando se tejía por necesidad, la labor estaba muy encasillada, pero ahora hay un abanico muy amplio donde poder usar la lana.

¿Es Errenteria un pueblo creativo y artesano?

-Veo que es un pueblo muy creativo y muy activo, la gente tiene ganas de hacer cosas y cosas creativas.

¿Tuvo claro desde un principio que quería ubicar su local en el casco de Errenteria (Santxoenea, 1)?

-Sí, quería un local céntrico, que fuera discreto y me apetecía que fuera peatonal, para poder desarrollar alguna actividad en la calle.