A finales de 2019 la alcaldesa de Pasaia, Izaskun Gómez, informó en un Pleno de que, por un cambio de última hora en el proyecto, las obras del saneamiento de Donibane iban a sufrir un nuevo retraso. No obstante, fijó el arranque de la intervención para finales de este año.

Hoy día, una parte del distrito sanjuandarra sigue vertiendo sus aguas residuales domésticas y urbanas directamente a la bahía de Pasaia sin ningún tipo de filtro ni depuración.

Ante esta situación anómala, recientemente varias asociaciones de Donibane y el colectivo ecologista Eguzki comparecieron junto a la casa consistorial de Pasaia para pedir que se inicien las obras del saneamiento de este pueblo "sin más dilaciones".

Según recordaron, "los sucesivos gobiernos del Ayuntamiento de Pasaia y del Gobierno Vasco llevan más de doce años incumpliendo las normas más básicas de salud e higiene urbana en Pasai Donibane". En todo ese tiempo, más de 4.400 días, se han estado vertiendo de manera ininterrumpida las aguas residuales a la bahía que está declarada como zona sensible mediante Decreto 168/2004, en aplicación de la directiva europea 91/217, denunciaron las entidades pasaitarras y Eguzki.

En aplicación de la mencionada directiva, Pasai Donibane debería haber dispuesto, a más tardar, el 31 de diciembre de 2005 de un sistema de colector para las aguas residuales urbanas y su posterior tratamiento, "pero tras años de promesas incumplidas, estos gobiernos convierten de manera interesada una obligación legal en una cuestión de prioridades, situando la del saneamiento de la bahía en la última de su lista", lamentaron.

"Conocen perfectamente la situación; ya en 2007 concluían que se debía terminar con esa situación y otorgarle prioridad. De hecho, llevan una década contemplando diferentes proyectos para su ejecución, pero esta, nunca se ha materializado porque anteponen sus intereses partidistas a las necesidades de la población, a las obligaciones legales y a una actitud responsable con el medio ambiente", aseveraron.

Por otro lado apuntaron que las instituciones "no pueden argumentar desconocimiento, ni falta de financiación porque saben que faltarían a la verdad". De este modo, rememoraron que, con el ánimo de facilitar la financiación de esta infraestructura, remitieron a finales de noviembre, un escrito a todos los grupos políticos del Parlamento Vasco con el objeto de proponerles la incorporación de una enmienda a los presupuestos de 2020 para hacer frente a las obligaciones que se deriven de la ejecución de la obra.

Con ese objetivo, también solicitaron a principios de diciembre la intervención de la alcaldesa de Pasaia para que instase a las entidades competentes a proceder con la mayor urgencia a la licitación y ejecución de la obra. "Estamos esperando a que se nos informe del resultado de estas gestiones, en el caso de que se hayan realizado, pero teniendo en cuenta el contenido de los presupuestos aprobados, podemos deducir que han sido totalmente ignoradas", aseguraron.

"Una vez aprobados los presupuestos del Gobierno Vasco, nos hemos reunido aquí para denunciar enérgicamente, la actitud de los gobiernos del Ayuntamiento de Pasaia y del Gobierno Vasco, a los que hacemos responsables directos de la situación a la que nos tienen condenados", manifestaron. "Se les llena la boca hablando de su actitud valiente y responsable en la lucha contra el cambio climático, del color verde de sus presupuestos, declaran la emergencia climática y sin embargo, permiten en contra de la legislación vigente, el vertido ininterrumpido y directo de las aguas residuales al medio marino", añadieron. Y prometieron: "En la medida en que esta obra siga sin ejecutarse, mantendremos nuestra denuncia y reivindicación con todos los medios que tengamos a nuestro alcance".

Por último aseguraron que no se puede imaginar una sociedad moderna, desarrollada y con futuro sin una infraestructura para el tratamiento de las aguas residuales.