l turismo es uno de los sectores más afectados por la pandemia del coronavirus, tanto a nivel mundial como a escala local. Goierri no se salva de los negativos efectos de los cierres perimetrales y continuos cambios de normativa. Sin embargo, la pequeña comarca del interior de Gipuzkoa ha sabido potenciar sus virtudes para hacer frente a los daños provocados por la crisis.

Niko Osinalde, director de la Agencia de Turismo de Goierri Goitur, no es optimista con la actual situación. “Hace tres semanas se preveía un verano pandémico distinto, con mayor afluencia de gente en la zona”. Pero los últimos datos, dice, han desestabilizado las previsiones: “Los alojamientos están sufriendo un continuo baile de reservas”. Hasta hace varios días se esperaba una ocupación del 60% para el mes de agosto, un porcentaje que disminuye diariamente.

Los hoteles grandes son lo que más están padeciendo las consecuencias de las restricciones; Goierri cuenta con cuatro grandes hoteles, tres en Beasain y uno en Ordizia. “Los hoteles pequeños y agroturismos están aguantando las adversidades”.

Desde el inicio de la pandemia el turismo internacional se ha reducido de manera significativa. En el año 2019, Goierri recibió turistas de 43 países extranjeros, la mayoría europeos y americanos. Empero, el turismo local ha aumentado: “El euskaldun ha descubierto lo que tiene al lado de casa”. El turista nacional también tiene su peso en la comarca, sobretodo, el catalán.

Uno de los aspectos positivos que ha tenido la crisis sanitaria ha sido la ampliación del grado de ocupación en los meses de verano. La estancia media en los alojamientos de Goierri variaba entre cuatro y cinco noches en años anteriores a la actual situación. En el 2020, en cambio, la media se amplió a siete y diez noches. “Los turistas prefieren establecerse en un solo lugar para aminorar el contacto con otras personas, y a su vez, el riesgo de contagio”. Para este verano se mantiene la media.

Dejando al margen la época veraniega, en los meses de otoño, invierno y primavera el turismo de la comarca se ha mantenido gracias a los negocios, aunque este año ha disminuido en comparación con otros años. En general, el turismo del valle ha sufrido una caída del 34% desde el inicio de la crisis sanitaria.

Para finales del 2021, desde Goitur se está preparando la campaña No hay otoño sin Goierri. “Sobretodo, nos dirigimos al turista vizcaíno y alavés. Desde Goitur queremos hacer frente a la incertidumbre que se ha apoderado del turismo de la comarca. Intentar sacar recursos es nuestro principal objetivo”, asegura Osinalde.