ste lunes por la mañana la plaza de Lazkao lucía diferente. Acostumbrados ya a las imágenes de espacios públicos vacíos, incluso impactaba un poco ver a la gente en esa zona con guantes y mascarillas. La razón era simple: después de más de un mes suspendido, el mercado semanal de los lunes volvía a la carga, aunque con muchos cambios.

Para empezar, la zona de entrada en el mercado fue delimitado y pusieron zona de entrada y salida. Por supuesto, miembros de la Policía Municipal dieron las indicaciones necesarias, así como desinfectante. De manera ordenada los diez puestos pudieron vender sus productos. Además de la zona de la plaza el frontón adjunto también sirvió como espacio para el mercado, lo que hacía que la distancia entre los puestos fuese más amplia y para que las distancias de seguridad entre las y los compradores se pudiesen mantener en todo momento.

Para las 9 de la mañana ya la gente se fue acercando, y el goteo de lazkaotarras fue constante hasta el cierre que se produjo alrededor de las 12.30. El horario también ha sido acortado por el estado de alarma, y el llamamiento para acudir al mercado se centraliza en las y los vecinos de la localidad, para evitar que más gente de otros municipios pueda acercarse hasta Lazkao. El llamamiento en estas circunstancias está siendo claro: que cada persona compre en los establecimientos o mercados de su pueblo.

"El parón ha sido muy duro, mejor ni hablar. Al final, el día que no salgo a vender no como", declaró la vendedora Manoli Bolaños de Zumárraga. El sábado pudo ir al mercado de su localidad y el de este ha sido el segundo al que ha podido acudir. "Es un alivio poder volver a vender", recalcó con la esperanza de que también puedan ir a vender a otros mercados y que el de Lazkao continúe en la siguientes semanas.

"Nosotros estamos contentos de haber podido volver, al final ha sido un mes de parón y solemos venir todos los lunes", destacó Iñaki Rueda mientras que añadía el panorama: "Todo está muy restringido, con muchas medidas".

Luis Jarque, vecino de Lazkao, se mostraba feliz porque después del parón ha podido volver a comprar: "Estoy contento porque ya podemos comprar en el mercado, apoyando a las y los baserritarras y al primer sector". En la misma línea, Ana Berastegi, subrayó que todas las semanas suele acudir a la azoka: "Es la primera después de la suspensión, pero vuelve de nuevo y esa es una muy buena noticia. Al final la mayoría de productores son de aquí, del pueblo, y es importante comprarles a ellos".

De esta manera arranca una azoka en tiempos de coronavirus al que tanto las y los vendedores como las personas que acuden a comprar se tienen que ir adaptando a las nuevas normativas, pero siempre apostando por el producto local.