A mediados del pasado mes de marzo, un equipo de trabajadores de FCC, por encargo del departamento de Mantenimiento Urbano del Ayuntamiento de Donostia, acometió la tarea de sacar del fondo del río Urumea una ingente cantidad de objetosde sacar del fondo del río Urumea una ingente cantidad de objetos que habían sido lanzados al cauce fluvial como si de un vertedero se tratara.

La labor de limpieza se acometió desde la orilla oeste, entre los puentes de María Cristina y el de Mundaiz.

Para ello se crearon dos equipos, cada uno de los cuales trabajó en las proximidades de uno de los puentes, conformados por tres operarios en el agua y dos arriba trabajando con poleas para subir los objetos encontrados. Con ellos trabajó un peón cargador y conductor encargado de transportar los voluminosos que se sacaron del agua. Todo el trabajo, además, fue supervisado por expertos de la contrata.

De forma previa al comienzo de las tareas asignadas a cada equipo, FCC realizó un estudio de las mareas, dado que la limpieza debía realizarse coincidiendo con la bajamar.

Para trabajar en las aguas del Urumea, los operarios hicieron uso de un traje de neopreno, botas de aguas altas, guantes anticorte y casco de seguridad.

¿Cómo se acometió la tarea de limpiar el Urumea? Los operarios que se hallaban en el agua, valiéndose de las herramientas necesarias, fueron capturando los voluminosos, que ataban con cuerdas para que pudieran ser izados desde arriba con las poleas para después meterlos en el camión que esperaba para su transporte a las instalaciones que la empresa tiene en Martutene, donde se efectuaba la correspondiente clasificación.

Lo cierto es que los objetos recuperados del río a su paso por Donostia fueron muy variados, desde inodoros a bicicletas, pasando por electrodomésticos, radiadores, somieres y un largo etcétera de elementos.

En la primera jornada de recogida, se extrajeron del agua objetos con un peso total de 1.540 kilos, a los que hay que sumar los 570 kilos que se recuperaron tras el trabajo de la segunda jornada. El tercer día fueron 710 los kilos que se sacaron del agua, 1.070 el cuarto, 1.140, el quinto; 990 kilos el 23 de marzo, 860 el día 24 y 400 kilos la última jornada de limpieza, el 25 de marzo. La suma del material sacado en ocho jornadas de trabajo ascendió a 7.280 kilos.

La chatarra fue el material que en mayor cantidad se sacó del cauce del río y se transportó directamente a empresas de la zona especializadas en su tratamiento, que trabajan en su reciclaje para la obtención de nuevos materiales férricos. En el caso de las bicicletas, hasta estas empresas únicamente llegaron el cuadro y las llantas, habiéndose separado de forma previa los neumáticos y piezas de plástico.

Los sanitarios, así como los elementos de loza, las baldosas, cristales y similares, se llevaron al vertedero de Aizmendi, que está especializado en el acopio de este tipo de materiales inertes.

El resto de los residuos, como palets, microondas, maquinaria, colchones etc. se transportaron hasta la Planta de Clasificación de Residuos, en el centro de San Marcos, el antiguo vertedero clausurado en 2009. Una vez allí, este tipo de desechos se separa según su destino, para derivarlo al gestor autorizado. De este modo lo que se busca es que la fracción que llegue a la planta de valorización energética de Zubieta sea la menor posible.

Un ejemplo de este proceder se puede hallar en los electrodomésticos de línea blanca y las pantallas de televisión, que son enviados a una planta de tratamiento especifica vinculada a Cáritas Gipuzkoa, Koopera S.Coop.

Por su parte, la madera pasa por un proceso de trituración con el objeto de reutilizarla para la fabricación de aglomerado o pellet, proceso este que se lleva a cabo en la empresa Arregui Etxabe S.A.