- En el Hogar del Jubilado Guardaplata, de Bidebieta, la actividad es incesante, porque su junta directiva no para de realizar propuestas. En la sala donde se llevan a cabo las actividades de Goizaldiak cinco mujeres, faltan dos, escuchan a Amaiur, la psicóloga que trabaja con ellas.

Maruja, “todos me llaman Mari”, Leonor, Carmen... Todas estas veteranas de la vida se reúnen cada mañana para realizar distintas actividades aunque, reconocen, “algunas les gustan más que otras”.

Mari, de 85 años muy bien llevados, va para cuatro años acudiendo a diario a Guardaplata. “Tengo cuatro carpetas con los trabajos que vamos haciendo cada año. Nos la dan cuando tenemos ya vacaciones”, explica esta mujer que reconoce que le encanta la lectura y que disfruta mucho con sus autoras preferidas, entre ellas Julia Navarro y Toti Martínez de Lezea, también en su ebook. “A mí leer no me gusta, me da sueño y es que se hace mucho silencio. Cuando toca lectura elijo algún libro de aventuras”, reconoce Leonor, que con sus 71 años es la más joven del grupo.

“Fue mi hija quien me animó a venir porque yo soy de quedarme en casa” explica Leonor, que como ventaja añadida destaca que las horas que pasa en Guardaplata no fuma.

“Vengo muy contenta, menos cuando hace frío y tengo que salir de casa, que me da más pereza”, asegura Mari.

Su compañera tiene 92 años y su marido Serapio, que vive en una residencia de mayores, está a punto de cumplir un siglo de vida. “Serapio antes venía, era muy, muy majo”, destacan en el grupo. Carmen, a su vez, lleva siete años acudiendo a diario a la cita, “desde que murió mi marido. Perdí un tiempo cuando me pusieron la rodilla nueva”, informa.

Leonor lleva cuatro años también siendo fiel a la llamada de Goizaldiak. Hoy le falta la compañera, “que ha ido al sintrón y allí hay que ser puntual”. “Al principio a la hora del baile bailábamos pasodobles, pero como ahora no nos podemos arrimar, pues nada”, lamentan.

“Hay discotecas y bolos, y nosotros sin poder hacer bolos. Que nos lo expliquen”, lamenta Mari.

“Antes éramos nueve, pero algunos se murieron”, señala Carmen a la que Amaiur corrige con suavidad. “Va por épocas, en algunas estáis más y en otras menos”. “Pues en la foto estamos nueve”, insiste terca.

Cada día al llegar, “nos van dando las noticias del día con el ordenador”, explica Mari. “La de mentiras que salen ahí. Como puede escribir cualquiera y no sabes quién, cuentan lo que quieren”, abunda.

Después, llega la gimnasia, adaptada a sus necesidades y el día que toca cada una con su libro se centra en la lectura tras el ejercicio.

“Yo utilizo el ebook y a veces por no pedirle a Amaiur que me ayude, lo estropeo”, afirma Mari, que reconoce ser una de las más habladoras del grupo.

Se organizan por grupos para que a última hora, el día que a cada una les corresponda, coger las tablet. “A veces jugamos al solitario o a sopas de letras”. Otras veces completan las fichas que les mandan y un día a la semana, “contestamos a las preguntas de la tele”, ya que desde la pantalla de la televisión se les plantean distintas cuestiones.

Otras veces disfrutan de un documental y el viernes toca bingo, sin jugarse dinero. “Si queréis hacemos otro juego”, propone Amaiur. “No, no. Queremos bingo”, le responde Carmen.

Y al acabar, muchas veces se animan y se acercan al bar de Guardaplata “a tomar un café con leche con cruasán”.

En casi todos los casos llegan a Guardaplata acompañadas de la trabajadora de ayuda a domicilio, tras ayudarles a ducharse y a realizar distintas labores de casa.

Explica Leonor que “todavía se puede vestir sola”. Pese a que solo tiene 71 años, tiene “una hernia discal severa” que le afecta a media parte del cuerpo y “a veces la cabeza va para un lado y yo para otro. Hace cuatro años me dio una trombosis, para rematarlo. Desde entonces necesito ayuda”.