- El Ayuntamiento estudiará la posibilidad de reponer media docena de mesas que no se han vuelto a instalar en la zona alta de la isla, junto a la casa del faro que acoge la obra Hondalea, tras la finalización de los trabajos. Así lo señaló ayer el concejal de cultura, Jon Insausti, en la comisión de Espacios Públicos a preguntas de Elkarrekin Donostia sobre esta intervención, que ha empezado a acoger a sus primeros visitantes.

Insausti admitió que "cuatro o seis mesas" de la zona alta no se han repuesto, aunque sí los asientos que las acompañaban, y aseguró que "quizás había demasiadas". No obstante, manifestó que es un asunto que debe analizar el Ayuntamiento en sintonía con distintos colectivos.

La concejala de Elkarrekin Donostia Haizea Garay mostró su malestar por que no se hayan recolocado todas las mesas de pícnic tras la obra y consideró que no debería prevalecer el nuevo uso cultural del entorno sobre el de "domingueros" o personas que van a pasar el día. "No es incompatible ser dominguero con ir a ver Hondalea, yo soy ambos", respondió el concejal de Cultura.

Insausti también contestó a la pregunta del concejal de EH Bildu Markel Ormazabal sobre el humo oscuro aparecido en la isla el día 20 de mayo, que fue criticado por ecologistas, que sospecharon que se estaban quemando restos de obra sin permiso. Insausti manifestó que, tras conocerse la existencia de una columna de humo, el Ayuntamiento indagó si había permiso de los bomberos, como es preceptivo y respondieron que la obra sí contaba con autorización para quemar rastrojos y restos de árboles. Insausti añadió que, posteriormente, llamaron a la empresa Moyúa que admitió que, además de los materiales autorizados, quemaron palés de la obra. "Yo me fío", dijo el concejal de Cultura. Garay, por su parte, echó de menos que no acudieran posteriormente los servicios municipales a comprobar la realidad de lo afirmado por la constructora.

Insausti también dio explicaciones sobre el mecanismo que hace mover el agua que sale de la obra escultórica y respondió que está compuesto por un circuito cerrado. Según señaló, el mecanismo solo se pone en funcionamiento cuando hay visitas y no el resto del tiempo. Asimismo, respondió que la limpieza y mantenimiento de la obra escultórica correrá a cargo de su fabricante, Alfa Arte, que ha fijado un presupuesto anual de 1.200 euros para ello, mientras que la maquinaría será mantenida por la ingeniería Giroa, responsable de la instalación. Por otra parte, las labores de encendido, apagado y otras tareas cotidianas serán llevadas a cabo por trabajadores municipales, a quienes se ha instruido para ello.

Asimismo, Insausti informó de que el programa de visitas a la obra de Cristina Iglesias de este año servirá como plan piloto para trazar los de 2022, 2023 y 2024. Actualmente, acuden al lugar cada día 108 personas, de 11.00 a 19.00 horas, en visitas de seis en seis. Además de estas visitas individuales, que terminarán en septiembre, hasta octubre habrá otras de tipo grupal y para escuelas.