-La portavoz de EH Bildu en el Ayuntamiento de Donostia, Reyes Carrere, manifestó ayer que "todo indica" que en el futuro polideportivo de Zuhaizti, cerrado por obras hasta el 1 de octubre, "los abonados de la Kirol Txartela van a tener restricciones y no van a poder acceder a determinados espacios si no pagan la cuota extra a la empresa privada".

La corporativa dijo que "uno de los objetivos de las obras" es "precisamente segregar los espacios", como sucede en el centro deportivo de Ribera de Loiola, en manos de la misma firma de servicios deportivos.

Carrere anunció que su grupo político presentará una interpelación al concejal de Deportes, Martin Ibabe, para pedir explicaciones por la situación de Zuhaizti, cuya gestión fue adjudicada a la empresa BPXport para un periodo de quince años, después de que el club Fortuna, tras quince años al frente de la instalación, renunciase a seguir gestionándola porque tenía pérdidas económicas.

La portavoz de EH Bildu lamentó "las consecuencias de la privatización" del polideportivo. Hasta el cambio de manos, los trabajadores dependían del club Fortuna y ahora han pasado a ser contratados por BPXport, ya que el concurso obligaba a la subrogación de los empleados.

Carrere criticó la situación derivada de las obras, que ha dejado en ERTE a algunos trabajadores. "Unos meses después de que se formalizara la concesión para quince años, ya podemos comprobar cómo la calidad del servicio ha sufrido un grave deterioro", dijo. Asimismo, subrayó las molestias generadas entre los usuarios por el cierre temporal del polideportivo y aseguró que le han llegado "multitud de denuncias".

Las obras de reforma del polideportivo de Zuhaizti estaban contempladas dentro del concurso público para la gestión del edificio deportivo.

Según las condiciones que impuso el Ayuntamiento, el adjudicatario debe invertir 2,5 millones de euros en rehabilitar la instalación, incluida la cubierta, las conducciones de saneamiento, la ventilación, electricidad, telecomunicaciones, agua y climatización. Donostia Kirola ha reconocido los trastornos derivados del cierre, que en principio estaba previsto para un mes, más otros cuatro de convivencia de las obras con la actividad diaria. Finalmente, los problemas de depuración del agua encontrados en la instalación y otros desajustes, que podrían conllevar riesgos sanitarios, aconsejaron cerrar cinco meses la instalación, según explicaron fuentes de Donostia Kirola.