- El alcalde de Donostia, Eneko Goia, consideró ayer "triste y lamentable" que la festividad de San Sebastián terminase con incidentes en la Parte Vieja y alrededores, una situación que obligó a retirar la bandera de la ciudad a las 22.15 horas, ya después del toque de queda, cuando la previsión municipal era hacerlo una hora antes.

La noche de incidentes se saldó con cuatro personas detenidas, de entre 18 y 31 años, por desórdenes públicos y uno de ellos también por atentado contra la autoridad. Las trifulcas acabaron con ocho agentes de la Policía Vasca heridos leves con contusiones (uno trasladado al hospital) y dos ciudadanos heridos, uno de ellos con fractura de mandíbula, también atendido en un centro sanitario. Asimismo, se quemaron contenedores de basura en las calles Legazpi, Idiáquez y Camino y se produjeron destrozos en establecimientos hosteleros.

Los detenidos quedaron ayer en libertad tras pasar a disposición judicial y la Ertzaintza abrió una investigación para tratar de identificar a más personas que participaron y promovieron los disturbios. El cuerpo policial manifestó que los altercados comenzaron cuando los agentes fueron recibidos en la Parte Vieja con lanzamiento de botellas, piedras, tapas de alcantarilla y material pirotécnico por parte de algunas personas en las inmediaciones de la plaza de la Trinidad.

Fuentes municipales, por su parte, explicaron que el primero de los incidentes, que provocó la intervención de la Ertzaintza dentro de la Parte Vieja, se produjo pasadas las 20.00 horas cuando una persona con síntomas de ebriedad saltó la verja que cerraba la plaza de la Trinidad (expresamente clausurada con candado para evitar botellones) y se puso a orinar dentro de la plaza, por lo que fue desalojado por parte de agentes de la Guardia Municipal, allí situados precisamente para evitar el acceso al recinto. Gente que se hallaba en la zona empezó a increpar y lanzar objetos a los agentes municipales para evitar el apresamiento del que saltó la verja, lo que motivó que los guardias reclamasen refuerzos y llegase la Ertzaintza, que a su vez fue recibida también con lanzamiento de objetos, lo que motivó las primeras cargas. Inmediatamente, algunas personas escaparon por la zona y provocaron destrozos en locales cercanos.

El alcalde lamentó lo sucedido en las últimas horas del Día de San Sebastián. "Un grupo de personas vivió la jornada como una fiesta, sin atender a las peticiones y normas que se están trasladando desde las autoridades sanitarias, con un riesgo grave para la salud, por un lado, y el agravante de que derivó en un problema de seguridad y orden público", manifestó el primer edil.

En declaraciones a ETB, el mandatario donostiarra recalcó que "la mayoría de las personas actuó con responsabilidad" en la fiesta patronal y consideró "incomprensible" la actitud de quienes no lo hicieron de igual modo. "Ellos deberán decir por qué hacen eso en contra de la sociedad", recalcó. Asimismo, explicó que los incidentes arrancaron después de que agentes municipales "que estaban haciendo su trabajo" fueran "rodeados" por un grupo de personas para evitar una detención.

Preguntado sobre la indicación que se escucha en distintas grabaciones, hechas públicas en redes sociales, en la que un mando de la Ertzaintza dice "vamos a tirar a dar", en medio de los incidentes, el alcalde enmarcó la frase en el contexto de los desórdenes. "Cuando hay incidentes y la policía hace lo que debe hacer a veces suceden situaciones desagradables", dijo el alcalde que añadió: "Hay que ver de dónde se llega a esa situación; las cosas hay que contarlas de modo completo". "Algunos no han querido cumplir las normas", dijo.

Por su parte, el secretario general del sindicato Erne, Roberto Seijo, dijo que "tirar a dar" era una "expresión coloquial" de los policías, pero que la "voluntariedad" de los agentes no era la de herir a los participantes en los incidentes. Por su parte, la sección del mismo sindicato policial en la Guardia Municipal donostiarra consideró "un error" que el alcalde protagonizase la retirada de la bandera de Donostia y lo consideró un "llamamiento indirecto a la aglomeración", lo que supone "una complicación añadida" en tiempos de pandemia.

Por su parte, el vicelehendakari del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, condenó "rotundamente la alteración de la convivencia y los destrozos" registrados en Donostia y consideró "inadmisible el acoso, persecución y agresión" a los cuerpos policiales. También mostró su solidaridad con las diez personas heridas y recalcó que las bolas lanzadas por la Er-tzaintza era "de foam" y fueron utilizadas para auxiliar a los guardias municipales y ertzainas.

Los incumplimientos de las normas contra el covid se dejaron ver cuando se acercaba la hora del cierre de los bares del Día de San Sebastián en la Parte Vieja y otras zonas. Por ejemplo, la plaza de la Constitución fue escenario de un baile de numerosas personas y en algunos locales de hostelería se podía apreciar gente en el interior sin cumplir las medidas de seguridad. Lo mismo sucedió la calle Juan de Bilbao, donde numerosos adolescentes y jóvenes se divertían en grupos de más de seis y no siempre con mascarilla y distancias aconsejadas.

Finalmente, la jornada patronal terminó con la retirada de la bandera de Donostia y se escucharon insultos de algún balcón de la plaza de la Constitución, mientras que desde otros se cantaba la Marcha de San Sebastián. Lo mismo sucedió la víspera, cuando personas situadas en los soportales increparon al alcalde, que estaba colocando la enseña de Donostia. Goia dijo ayer que "todos los años hay insultos, pero se oyen más con la plaza vacía que llena" y añadió que "personalmente" no le importaba "porque los alcaldes cambian". Sin embargo, criticó la "falta de respeto hacia el símbolo que nos une a todos los donostiarras".

Erkoreka recalca que las bolas utilizadas por la Ertzaintza eran de foam y se usaron "para auxiliar a los agentes" en riesgo

Erne dice que "tirar a dar" es una expresión "coloquial" que no conlleva la voluntad de herir a los participantes en los incidentes