- La recogida de materia orgánica ha caído considerablemente en los últimos meses, principalmente a partir del mes de marzo, es decir, coincidiendo con la pandemia. Los datos provisionales recopilados por el Ayuntamiento de Donostia correspondientes al mes de agosto confirman que se ha recogido un 9,75% menos de materia orgánica que en enero.

El descenso es aún mayor, del 11,35%, si se compara con el mismo mes del año pasado: en agosto de 2019 se llegó a la cifra más alta registrada hasta la fecha, con más de 517.000 kilos recogidos. Desde entonces, las cifras se mantuvieron en torno al medio millón de kilos todos los meses hasta febrero (solo en noviembre del año pasado no se superó esa cifra). Sin embargo, a partir de marzo el bajón es considerable, con cifras entre los 380.000 y los 395.000 kilos de abril a junio, en las semanas más condicionadas por el confinamiento (entre un 22% y un 25% menos que en enero). En julio y agosto, coincidiendo con el inicio de la bautizada como nueva normalidad, parece que la tendencia se va revertiendo y las cifras se recuperan gradualmente, aunque siguen lejos de los datos anteriores a la pandemia.

El descenso durante los meses de confinamiento coincidió con un bajón general del volumen total de residuos recogidos (del 20% en abril con respecto a enero), aunque en los últimos dos meses esas cifras se acercan y superan ya las registradas a principios de año y las del orgánico, en cambio, siguen todavía bastante lejos.

Respecto al resto de material que se recoge de manera selectiva, su comportamiento está siendo desigual en este atípico año, condicionado en gran parte por el cambio de hábitos y el impacto económico y social provocados por la situación sanitaria: el papel, los envases ligeros y el vidrio se mantienen más o menos estables, con subidas y bajadas irregulares y constatables. Los descensos más acusados se dan en abril, el mes más duro del confinamiento, y son más notables en el caso del vidrio (tanto en marzo, como en abril y mayo).

Llama la atención, en cambio, lo sucedido con los residuos voluminosos, los que mayor peso tienen en el cómputo global del material recogido de forma selectiva tras los cuatro citados (papel, envases, vidrio y orgánico): en este caso hay también un bajón en abril, consecuencia del confinamiento y de que los garbigunes estaban cerrados y la recogida a domicilio suspendida; pero las cifras a partir de mayo son superiores a las de principios de 2020 y a las del todos los meses del año pasado, con picos de más de 320.000 kilos tanto en junio como en julio (la más alta de 2019 era de 275.000 kilos).

Este incremento de recogida de residuos voluminosos contribuye en parte a elevar el índice de recogida selectiva, que se ha resentido en los últimos meses (como consecuencia principalmente de la caída de materia orgánica recogida) tras la tendencia ligeramente alcista de finales de 2019 y principios de 2020.

Los dos primeros meses de este año la tasa rondó el 44,5% en el ámbito urbano (sin tener en cuenta los residuos industriales), la cifra más alta hasta la fecha con una mejora de cuatro puntos sobre la media de 40,3% del año pasado, el primero en el que se superó la barrera del 40%. Aunque de momento sigue por encima de esa cifra, desde marzo el porcentaje oscila entre el 42% y el 43,9% y la cifra más baja es, precisamente, la del mes de agosto, con un 42,17%.

Con estas cifras Donostia sigue, de todas formas, a la cola del resto de Gipuzkoa, donde el año pasado se superó el 58% de recogida selectiva, con cinco mancomunidades por encima del 67%. La que presenta el índice más bajo es, precisamente, San Markos, aunque la media en este caso es de 50,49%, también diez puntos más alta que la de Donostia.

Sigue, asimismo, lejos de los objetivos marcados por el propio Ayuntamiento, que en su declaración de emergencia climática, aprobada en marzo prevé lograr el 64% de recogida selectiva en el año 2025. El Plan Klima 2050 es más ambicioso y se marca como objetivo lograr el 80% en el año 2030.

Orgánico. En agosto se recogieron en Donostia 458.551 kilos de materia orgánica, un 9,75% menos que en enero (el último mes de 31 días previo a la pandemia), cuando se contabilizaron 508.096 kilos, y un 11,35% menos que el mismo mes del año pasado, cuando se llegó a 517.236, el récord hasta la fecha. El bajón fue más acusado durante los meses de confinamiento, cuando llegó a caer hasta un 25% con respecto a enero, con apenas 380.000 y 384.000 kilos en abril y mayo. Esos meses también se redujo considerablemente el volumen de basura generada (la cifra total bajó un 20% en abril con respecto a enero), aunque en los últimos meses esas cifras se han recuperado y están ya en niveles previos a la pandemia.

Selectiva. El bajón en la recogida orgánica ha tenido influencia, asimismo, en el índice de recogida selectiva en el ámbito urbano (sin tener en cuenta los residuos industriales). Donostia arrancó el año con una tasa por encima del 44%, la más alta hasta la fecha. De marzo a julio osciló entre el 42,5% y el 43,9%, y en agosto fue del 42,17%, la más baja de este año 2020, aunque sigue por encima del 40,3% de media del año pasado.

Papel, envases y vidrio. Han tenido un comportamiento algo irregular, con bajadas (sobre todo, en abril, con un bajón generalizado) y subidas, aunque las cifras de agosto vuelven a ser similares a las de principios de año.

Voluminosos. Llama la atención el caso de los residuos voluminosos, que han aumentado significativamente desde mayo, con cifras de récord en junio y julio. Es el tipo de residuo más abundante después del papel, envases ligeros, vidrio y orgánico y su aumento ha ayudado a elevar la tasa general de recogida selectiva estos últimos meses.

Objetivos. El Ayuntamiento en la declaración de emergencia climática aprobada en marzo se fija como objetivo elevar la recogida selectiva al 64% en el año 2025; el Plan Klima 2050, aprobado la legislatura pasada, quiere llegar al 80% en 2030.

Gipuzkoa. La tasa de recogida selectiva en Gipuzkoa fue de 58,26% el año pasado (un 1,3% más que el anterior), con mancomunidades muy por encima de esa media, como Debagoiena, con casi un 78%, y Sasieta, con un 75%. También Tolosaldea, Urola Erdia y Urola Kosta superan el 67%. Por debajo de la media estarían Txingudi (53,15%), Debabarrena (51,15%) y San Markos, la mancomunidad con el índice más bajo, del 50,49%, condicionado principalmente por los datos de Donostia.

Es curioso el caso de los residuos voluminosos, que han aumentado considerablemente desde el mes de mayo con cifras récord

En 2019 se superó por primera vez la barrera del 40% de recogida selectiva tras cuatro años atascados entre el 38% y el 39%