os ciclistas pudieron ayer estrenar el nuevo bidegorri de La Concha, un carril que sustituye al que funcionaba desde hace 18 años. Se puso en funcionamiento en julio de 2002, tras largo tiempo de polémicas y, en este tiempo, ha llegado a quedarse pequeño. Entonces, la nueva configuración del paseo eliminó uno de los cuatro carriles de circulación para crear el carril ciclista. Esta vez se ha eliminado otro, por lo que ahora quedan dos, uno para cada sentido de la circulación.

El bidegorri está separado de los vehículos a motor por un protector y es algo más ancho que el que existía. En la noche del domingo al lunes comenzaron las labores de asfaltado y ayer por la mañana culminaron los últimos detalles, lo que permitió poner en marcha la nueva vía, tras unas últimas pruebas con autobuses en los carriles motorizados.

Pero no solo los ciclistas pudieron ayer estrenar un nuevo espacio, los peatones también pudieron transitar por una acera más ancha. La barandilla, por su parte, también ha terminado su sustitución, tal y como destacó en el lugar la concejala de Espacios Públicos, Marisol Garmendia, que añadió que en otoño se plantarán tamarices, como hubo en el pasado.

La reforma del paseo de La Concha ha tenido su origen en la colocación de una nueva barandilla en la zona más cercana a Ondarreta, que estaba muy deteriorada, así como en el reforzamiento del muro de costa en este punto. Aunque en un principio se proyectó ampliar la acera hacia el mar, sobre una estructura volada, el Ayuntamiento cambió el proyecto por una ampliación hacia el viejo bidegorri. La pandemia, que ha aconsejado favorecer el uso de bicicletas, ha inclinado definitivamente la balanza hacia la eliminación de un carril motorizado.