l museo de San Telmo posee más de 3.000 fotografías de la primera mitad del siglo XX, reunidas en el denominado fondo Galarza, creado por los fotógrafos Gregorio González Galarza y Carmelo González Campano (padre e hijo) con instantáneas sacadas no solo por ellos, sino también, por otros profesionales de renombre en la época, como Hermenegildo Otero y Miguel Aguirre Aristiguieta. El museo donostiarra compró el fondo de imágenes en 2001 y en estos días de confinamiento y puertas cerradas a cualquier actividad cultural ha querido sacar a la luz la investigación realizada por Elisa Querejeta, de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, sobre este tesoro en blanco y negro. El cuaderno que da a conocer el fondo y su historia, bajo el nombre Miaka 2, puede consultarse en la cuenta de Twitter del museo donostiarra del pasado 31 de marzo y también en el apartado de investigación de la web del centro cultural de la plaza Zuloaga (www.santelmomuseoa.eus).

El fondo Galarza es conocido por los expertos y aficionados a la fotografía y las postales, pero no tanto por el gran público. Sin embargo, muchas de sus imágenes están en la retina de muchos donostiarras, que han visto en numerosas ocasiones las postales que fueron creadas por sus protagonistas, en un época en la que el turismo estaba en pleno auge. No en vano, el fondo reúne imágenes de entre 1905 y 1948 aproximadamente. Las instantáneas de aquella época se han visto también posteriormente en exposiciones históricas, que han echado mano de estas creaciones de luz de las primeras décadas del siglo pasado.

A pesar de que muchos donostiarras bucean con gusto en las fotografías antiguas, se sorprenderán quizás con algunas de gran originalidad, como el del grupo de bañeras que trabajaban en La Concha (a una se le ve con el albornoz preparado para secar al bañista), la iglesia de San Ignacio de Gros aún sin terminar o la playa de Ondarreta, en la que se aprecia el muro que delimitaba la explanada de maniobras militares que está en el origen, al parecer, de la gran cantidad de piedras que afloran continuamente en la arena.

El fondo fotográfico de la familia González Galarza contiene no solo fotografías editadas repetidamente y la mayoría en papel de gelatinobromuro (735), sino también negativos de cristal en gelatina (1.229) y negativos de acetato (1.025). Los tamaños más habituales en el fondo son los de 13 x 18 cm y 9 x 14 centímetros, unos formatos que estaban destinados a ser positivados en postales con ?nes comerciales. La ciudad y su paisaje urbano son sus principales protagonistas.

Imágenes reeditadas

En conmemoraciones

El fondo Galarza, según explica la investigadora Elisa Querejeta en su estudio, corresponde a la firma fotográfica en la que trabajaron padre e hijo (este último falleció hace 61 años), con estudios en las calles Easo y Urbieta. Tanto la firma Galarza como algunas de sus imágenes se hicieron muy populares. No solo las postales, que recorrieron el mundo, sino las fotos de revistas ilustradas, como se decía entonces. Unas y otras se volvieron a imprimir con ocasión de los actos de conmemoración del primer centenario del incendio de Donostia en 1813, en el 150º aniversario de la tragedia, en 1963, y en el más cercano bicentenario de 2013.

Según explica la investigadora, las postales de la firma comercial Galarza pertenecen a la denominada época dorada de la postal, entre 1906 y 30 años después, cuando comenzó la Guerra Civil española. Su difusión en la época fue muy importante.

El fondo Galarza también se nutre de las publicaciones de las revistas gráficas vascas más importantes de la época como Novedades (editada por el diario El Pueblo Vasco), que contaba con los mejores fotógrafos del momento. También Vida Vasca, Guipúzcoa turística y aristocrática del año 1932, y el primer número de la revista San Sebastián del año 1934.