La Tamborrada Infantil, que surgió en su actual formato con centros escolares en 1961, ha ido incorporando año a año a nuevos personajes, de la mano de la evolución social. Por este mismo motivo, la figura de la Bella Easo, que formó parte del desfile infantil desde su inicio exportada de otras fiestas donostiarras, no estará presente en esta edición de la fiesta.

La ikastola Aitor, encargada por sorteo de elegir a los personajes representativos de la comitiva infantil de este año, ha optado por no designar una Bella Easo. El centro escolar considera que la figura que hace décadas día servía para representar a la mujer donostiarra no tiene razón de ser en este momento, cuando la mujer tiene su propia presencia en la fiesta. También los representantes municipales han puesto en duda la idoneidad del personaje en el siglo XXI. La decisión de no sacar una Bella Easo fue adoptada tras el revuelo surgido después de que un padre de la ikastola afirmase públicamente que se estudiaba la opción de designar a un chico como Bello Easo.

Así pues, la Bella Easo, que tiene sus orígenes a mediados del siglo XIX, según el historiador Javier María Sada, quedará vacante. El experto explica que en aquella época se elegía a una mujer para representar a todas las donostiarras en las fiestas. Recibió distintos nombres como Dama Imperial, Polla Real, Real Polla, Divina Pastora y Bella Easo. Cada entidad festiva o gremio que particiaba en los carnavales tenía una representante mujer y de todas ellas se elegía la encargada de presidir el Carnaval.

Cuando se creó la Sociedad Euskal Billera, esta quedó encargada de la elección de la figura, aunque distintos avatares históricos la dejaron en suspenso algunos años. A partir de 1928, y con la tamborrada infantil de la citada sociedad ya en marcha, volvió la figura de Bella Easo para presidir su carroza. La elección por parte de Euskal Billera siguió dos años más y en 1931, en la República, se quiso democratizar la elección de la "Reina de todas las fiestas de San Sebastián". Para ello se publicaron los requisitos. "Las fotos deberán enviarse a Fermín Calbetón 42 , tienda, donde en presencia de las elegidas, se sorteará el título. Deben presentarse cuatro señoritas de cada distrito, siendo éstos: Barrio de la Jarana, Barrio del Muelle hasta la Brecha, Barrio del Mercado y barrio de la Pescadería. De éstas, una será Reina y a las otras, si no tienen inconveniente, se las reservará para presidentas de la novillada que en la próxima primavera celebrará la Sociedad", decía el texto.

En 1936 dejó de elegirse la figura y en 1943, Mauricio Echaniz, de Euskal Billera, abogó por recuperar la tradición perdida. "Para darle continuidad y tono a la fiesta es por lo que elegimos una señorita que represente a la Bella Easo, presidiendo los actos, pero no hay que confundir esto con esos concursos frívolos de misses o reinas. La elegida será digna de todos los respetos, pero sin concursos, libremente sin competencia en la que siempre hay relajamiento moral, lo mismo para la elegida que para las desdeñadas", dijo el alma mater de Euskal Billera. Y, según recuerda Javier María Sada, la elección volvió a hacerse a dedo.

En 1964, en pleno franquismo, el Centro de Atracción y Turismo (CAT) se empezó a encargar de elegir a la Bella Easo entre señoritas de familias bien relacionadas. En 1965, Francisco Franco, nieto del dictador, hizo de general de la tamborrada infantil. Con la desaparición, al menos este año, del personaje de la Bella Easo se desconoce si seguirán las damas de honor, aunque continuarán vivos los demás personajes tradicionales, como el general y su ayudante. También el tambor mayor, imprescindible para que el inicio de la fiesta trate de acompasarse. Este año será un alumno de Harri Berri Oleta.

En los últimos años, el desfile infantil, con cerca de 5.000 escolares, ha ido añadiendo otros personajes que tratan de recordar la historia. Así, hay bateleras, que trabajaban en el río, ciudadanos comerciantes o profesionales, nodrizas, hilanderas, aguadoras y palafreneros, encargados de guiar los caballos. También llegó como novedad hace dos años la figura de la alcaldesa, que pretende reinvidicar la igualdad de la mujer en la vida pública, aunque la realidad es que nunca ha existido en la capital guipuzcoana una corporación presidida por una mujer.