- Con 132 años a sus espaldas, el majestuoso órgano Stoltz-Frères de la parroquia de San Pedro de Bergara se prepara para someterse a una concienzuda restauración que le devolverá todo su esplendor. El desmontaje de las piezas que conforman el esqueleto de este instrumento romántico, que se estrenó el 18 de marzo de 1889, ya está en marcha. Siete profesionales de los diez que trabajan en el taller del experto organero francés Michel Jurine se afanan en esta tarea que como mínimo se llevará a cabo hasta el 4 de marzo (podría prolongarse unos días más).

"Se van a sacar todos los tubos y a desmontar la mecánica de las notas, desde el teclado hasta los secretos que es donde está el corazón del órgano", detalló ayer el armonista Adrián Parret, que calificó el Stoltz-Frères de Bergara como una "obra maestra". "Una joya de Gipuzkoa", afirmó este experto que junto al resto del equipo ha restaurado otros órganos en Euskadi como los de Irun y Bilbao.

Desde hace más de una década estos profesionales se encargan "dos veces al año" del mantenimiento y afinación de este magnífico ejemplar del siglo XIX. "Lo conocemos bien, al igual que su sonido, y eso es importante a la hora de rehabilitarlo", destacó Parret, antes de avanzar que la actuación que va a acometerse preservará "al máximo la autenticidad" del instrumento.

El Stoltz-Frères bergarés es la única pieza de estas dimensiones de la casa matriz que conserva la configuración más próxima al original. Precisamente, ese es el objetivo de la intervención que va a realizarse y que "mantendrá la esencia del siglo XIX", matizó el organista titular de San Pedro, Aitor Olea.

Será un trabajo artesanal. Los 2.343 tubos de metal y madera que integran el gran puzzle de elementos del órgano se limpiarán uno a uno, además de reemplazar aquellas piezas deterioradas. Hasta el taller que Jurine tiene en la ciudad francesa de Lyon viajarán la mayor parte de los elementos que dan cuerpo al Stoltz-Frères: tubos, la consola, la caja expresiva... Y otros, los que son más complicados de transportar o solo requieren de una limpieza, se pondrán a punto en Bergara (los grandes tubos de madera y metal y la caja que sostiene la estructura del instrumento).

La banda sonora de la parroquia de San Pedro será objeto de una minuciosa restauración; la primera de estas características en su centenaria historia. 30 meses se prevé que duren los trabajos, incluido el montaje de nuevo del instrumento. Será, por tanto, a lo largo de 2024 cuando este exponente del patrimonio cultural vuelva a lucir como se merece.