reada en el año 1931 y clausurada en 2017 tras entrar en concurso de acreedores, la tornillería Pascual Churruca está cerca de pasar a formar parte de la historia de Soraluze. No en vano, el departamento de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes del Gobierno Vasco acaba de sacar a licitación (con un presupuesto de 237.955 euros) las obras para la descontaminación y demolición del viejo edificio.

Con esa actuación, que se acometerá en los próximos meses tras haber sido autorizada por URA (la Agencia Vasca del Agua), se pone en marcha el procedimiento para la construcción de 29 Viviendas de Protección Oficial (se adjudicarán en régimen de alquiler) en el solar que ocupó la empresa Pascual Churruca; tal y como acordaron el Ayuntamiento y el Ejecutivo autonómico mediante un convenio de colaboración que suscribieron hace ahora exactamente un año.

Para llevar a cabo esa operación urbanística, que el Consistorio de Soraluze considera "clave" para la regeneración del entorno y el desarrollo del área de Olaldea, el Ayuntamiento cedió al Gobierno Vasco el edificio y los terrenos de Pascual Churruca que la propia entidad local adquirió en una subasta pública que tuvo lugar el 12 de julio del 2018 por el precio simbólico de 404 euros.

Ahora, casi cuatro años después de aquella subasta, el Ejecutivo Vasco activa el proceso para construir las citadas 29 VPO en Soraluze, que requerirán de una inversión aproximada de 3,5 millones de euros.

Según explican desde el Consistorio, cuatro de esas viviendas quedarán en manos del Ayuntamiento "para poder dar realojo a los propietarios existentes una vez se desarrolle el área de Olaldea". Además, la entidad municipal adquirirá un local de 200 metros cuadrados en la planta baja del nuevo edificio residencial.

El proceso que llevó al Consistorio a adquirir Pascual Churruca comenzó en 2016 cuando el alcalde, Iker Aldazabal, contactó con la sociedad Elkargi para interesarse por Embalajes Ansola, al ser Elkargi acreedora de esa empresa. Tras varias reuniones, Elkargi trasladó al primer edil que también eran acreedores de la tornillería. l