- Totalmente desconocido por aquel entonces en Arrasate, el rugby empezó a echar raíces en la villa cerrajera en febrero de 1972. Fue el aramaioarra Jesús Jauregi, que militó en la máxima categoría del club Cisneros de Madrid, el que con la complicidad del atletismo lanzó la propuesta de formar un equipo de rugby. Al principio recogieron el guante una docena de jóvenes, y un mes más tarde, en la asamblea de constitución que se celebró el 6 de marzo se presentaron 28 jugadores que comenzaron a dar cuerpo a la sección de rugby de la Juventud Deportiva Mondragón, guiados por el propio Jauregi, brillante atleta en su juventud, y con Luis María Etxaburu ejerciendo como presidente.

El deporte del oval cumple este año medio siglo de vida, que ayer se celebró por todo lo alto. Las bodas de oro del club blanquimorado reunieron a los padres del rugby arrasatearra. Primero en el césped de Mojategi, con un aurresku en honor a los fundadores, foto de familia y partido, y después en el acto de reconocimiento que el Ayuntamiento tributó a los promotores de implantar y pelear para que esta modalidad deportiva tenga el espacio que merece en el municipio.

Una historia que empezó a tejerse hace 50 años y que ha atravesado por diferentes etapas, según desgranó, con sus principales pinceladas, el actual presidente Ramón Barrutia. Fechas señaladas como el primer partido disputado el 23 de junio de 1972 o, incluso, la temporada 1984-85 cuando el club desapareció por falta de jugadores, forman parte de una crónica que de momento ha escrito cinco décadas. Con sus altibajos, pero con el empeño de gente como Agustín Aranburu que sacó a flote a la entidad deportiva que en 1987 se bautizó con el nombre de Arrasate Rugby Taldea (ART). Su primera equipación con camiseta verde y pantalón blanco, los campos donde ha desarrollado su actividad (Iturripe, Garagartza y Mojategi), los escudos... tuvieron su protagonismo en este repaso histórico.

Ayer conmemoraron el aniversario en una jornada en la que en el recuerdo de todos estuvieron los compañeros ya desaparecidos. El acto se aderezó con el sonido del txistu, la entrega de la insignia del club a Jesús Jauregi, y la mención también especial a Agustín Aranburu por su entrega.

El rugby es una gran familia que mira hacia adelante con cuatro objetivos al frente: seguir avanzando en el rugby femenino e inclusivo; reforzar la escuela y capacitar a los entrenadores. Hay cuerda para rato. l

El acto de constitución tuvo lugar el 6 de marzo de 1972 con la asistencia de los primeros 28 jugadores que dieron cuerpo al club