bicada entre Urkizu y Errebal, la céntrica, estrecha y degradada calle Arragueta de Eibar hace mucho tiempo que pide a gritos una regeneración integral.

Con la mayoría de los edificios situados (en sentido ascendente) en la parte derecha de la calle declarados en ruina o en muy mal estado, las personas residentes en los inmuebles del entorno llevaban años alertando del grave riesgo de desplome.

Sin embargo, ni los responsables municipales ni los propietarios de los viejos inmuebles parecían tener prisa por echar abajo unas construcciones que desde hace ya demasiado tiempo ni reunían las condiciones mínimas de habitabilidad ni contribuían a la condición de ciudad moderna que Eibar reivindica para sí.

Así las cosas, hasta finales del 2019 el proceso para regenerar Arragueta apenas había pasado de una mera declaración de intenciones. La administración y los propietarios de los edificios estaban dando tímidos pasos, pero mucho más despacio de lo que la situación realmente requería.

Pero todo cambió el 13 de noviembre del citado año. Aquel día se rozó la tragedia, que solo se evitó gracias a que un vecino del portal número 15 constató al llegar a su casa el ensanchamiento de unas grietas y lo puso en conocimiento del Ayuntamiento. El Consistorio envío a la arquitecta municipal a realizar una revisión del inmueble. Lo que vio le preocupó y por prudencia se procedió al desalojo del edificio. Afortunadamente, porque pocas horas después, en la mañana del día siguiente, el edificio colapsó y cayó.

Nada más producirse ese suceso, que obligó a desalojar a 39 personas (19 residentes en el edificio desplomado y 20 en el colindante número 17), el Ayuntamiento ordenó el derribo inmediato del portal 15; así como de los números 11 y 13 de Arragueta, que según explico en ese momento el entonces alcalde, Miguel De los Toyos, "llevaban tiempo vacíos, tenían la ruina declarada y el expediente de derribo ultimado a falta de su ejecución".

En la práctica, con la demolición de esos tres portales (los números 11, 13 y 15) se inició la necesaria regeneración de la calle Arragueta; un proceso que ahora, casi dos años y medio después de aquel desplome parcial del número 15, parece va a tener continuidad con una fase definitiva.

El Ayuntamiento de Eibar explicó el jueves que sigue trabajando para poder llevar a cabo los derribos de los inmuebles números 17 y 19 de la calle Arragueta, dos edificios que fueron declarados en ruina hace unos meses, y para cuyo derribo las propiedades están redactando el proyecto correspondiente: "Una vez presentado y aprobado dicho proyecto, se desarrollarán los últimos trámites urbanísticos para proceder a la demolición", indicaron desde el Consistorio.

Con el objetivo de "avanzar en las gestiones que permitan iniciar las labores de demolición de los edificios", agentes de la Policía Municipal, en coordinación con la Ertzaintza, procedieron la mañana del jueves a desalojar a las personas que estaban residiendo en los dos inmuebles tras haber ocupado algunas viviendas.

El alcalde, Jon Iraola, señaló que "las actuaciones previas al derribo se han demorado al estar algunas de las viviendas okupadas por personas ajenas a la propiedad y al haber tenido que recurrir al Juzgado para poder desocuparlas".

Con todo, el primer edil se congratuló porque el desalojo, después de solicitar al Juzgado la correspondiente autorización, había sido pacífico: "Soy consciente de que los trámites se han retrasado más de lo deseado y de que esa situación ha generado una preocupación en el vecindario que, en todo momento, hemos comprendido y compartido desde el Ayuntamiento", aseguraba Iraola; para quien el desalojo de los okupas "va a suponer un descanso y una inmensa tranquilidad para los vecinos de la calle".

Sea como fuere, una vez se produzca la demolición de los números 17 y 19 de Arragueta, el Ayuntamiento emprenderá un proyecto de reurbanización de la calle. Este contempla la reforma de las aceras, "con su ensanchamiento y rebaje al nivel de la calzada, tal y como ya se ha hecho en otras calles céntricas de Eibar".

Adicionalmente, y dentro de los planes municipales para la calle Arragueta, el Consistorio está tratando de alcanzar un acuerdo con la propiedad del edificio número 16 para su derribo. La demolición de ese inmueble, situado al principio del lado izquierdo de la calle en sentido ascendente y junto a un solar abandonado, "permitirá la creación de un paso entre las calles Arragueta y Bidebarrieta, así como el análisis de posibles soluciones para la mejora de la accesibilidad del edificio colindante".

Visto lo visto, todo parece indicar que, al fin, Eibar se dispone a despedirse de la vieja Arragueta.