- Después de un año y un mes cerradas, las piscinas de Zubikoa se preparan para su reapertura. Brazadas y chapoteos cuentan las horas para sumergirse en las aguas del nuevo recinto acuático que recibirá a sus primeros usuarios "a principios de febrero". Esas son las previsiones con las que trabaja el Ayuntamiento oñatiarra para la puesta en marcha del primer servicio que abrirá sus puertas dentro de la concienzuda reforma a la que desde agosto de 2019 se ha sometido el polideportivo.

La metamorfosis de la zona húmeda, sobre la que ha pivotado el proyecto de la remodelación de Zubikoa, remata sus últimos flecos para poner a punto las instalaciones que tanto nadadores como deportistas de la sección del Aloña Mendi esperan como agua de mayo. No en vano, es una de las mayores demandas: la mejora y ampliación de las piscinas.

Nueve calles, en lugar de cinco, para la bañera grande, que tiene unas dimensiones de 25x 18,5 metros y una profundidad de entre 1,30 y 1,40 metros en los extremos, y 1,60 en el centro. A su alrededor se ha acondicionado una grada con un aforo para 99 espectadores al que se accede directamente por el vestíbulo de la planta baja. En el módulo adosado al edificio principal, de nueva construcción, se emplaza la piscina pequeña o de aprendizaje, con un tamaño de 16x 8 metros y un fondo de 0,60 y 1,01 metros. En su cubierta alberga un solárium para la época estival que ayudará a compensar la pérdida de superficie en el césped. Estas son algunas de las características de las instalaciones acuáticas, cuya transformación salta a la vista.

Los últimos remates y una minuciosa limpieza precederán a la apertura de la zona húmeda, salvo la sauna que tendrá que esperar un poco más para culminar su obra. "Hemos dado prioridad a las piscinas porque es lo que no tenemos. El resto de servicios, como es el caso del gimnasio, se ha cubierto con Eltzia", destaca el edil Xabier Igartua, que apunta a "principios de febrero" para el estreno del equipamiento acuático.

Ha sido una remodelación integral en la que se ha mimado la accesibilidad. Así, en la primera planta del polideportivo se ubica la zona húmeda, con un acceso independiente desde la recepción a mano izquierda, que ofrece la opción de subir en ascensor o por un núcleo de escaleras (mientras no terminen las obras se llegará desde la cancha verde a través de la entrada actual).

Alrededor del hall se han acomodado los baños y tres vestuarios (femenino, masculino y mixto). Estos últimos también se ubican a la altura del pasillo que conduce a las piscinas. "Para calentar el agua se emplearán tres sistemas: la caldera de gas, la geotermia y las placas solares colocadas en el tejado", detalla Igartua. La temperatura de la piscina grande oscilará entre 27,5 y 28 grados, y algo más en la pequeña (29-30º).

Por su parte, se mantendrán las cuotas de 2019 y este año, en principio, se cobrarán once meses (salvo enero). Las restricciones por la crisis sanitaria obligan a establecer un sistema de turnos y las reservas (al igual que el trámite de altas y abonos) podrán formalizarse de forma presencial, por teléfono y online (se habilitará una plataforma).

La idea es comenzar con un nadador por cada calle y después pasar a dos. En cuanto al equipo de socorristas, lo integrarán dos profesionales, más un tercero en la temporada veraniega. Las piscinas empezarán a funcionar sin el programa de cursos. "Cuando estos se pongan en marcha puede que contemos con cuatro monitores de lunes a jueves, y dos de viernes a domingo", avanza Igartua. Son detalles que tienen que pulirse.

Las obras del resto de servicios que han sido, asimismo, objeto del lifting arquitectónico de Zubikoa acabarán unos meses más tarde. Tres salas de fitness, que se disponen bajo el nuevo módulo de la piscina pequeña, el gimnasio, un rocódromo, dos salas de boulder y una de squash conforman el grueso de las instalaciones de la planta baja que se inaugurarán "hacia Semana Santa".