na mirada a seis décadas atrás. A una época de grandes cambios y contrastes que atestiguan las fotografías con las que el archivo municipal invita al público a trasladarse a la Bergara de 1960. La exposición que durante estos días viste las cuatro paredes de la sala Aroztegi ofrece "una pincelada" de la sociedad de aquellos años. Ocio, deporte, bodas, comuniones, educación, desarrollos urbanísticos€ Las múltiples caras de la villa mahonera que dejan constancia de aquel pasado, no tan lejano, que abrió el camino al presente y que, sobre todo, es parte de la historia.

Cine, torneos de pelota, pruebas ciclistas, partidos de fútbol, ciclocross y salidas montañeras tejen el relato con nombre de Bergara, junto a otras muchas escenas de los bailes dominicales o las formaciones musicales de la villa. "Son unos años de transformación económica, urbanística y social. Y del baby boom", recalca la responsable del archivo municipal, Arantzazu Oregi. Iniciaron su andadura nuevas industrias. Junto con las ya existentes fábricas textiles y la Cerrajera, proliferaron empresas pertenecientes a otros sectores, muchas de las cuales se instalaron en el polígono industrial de San Lorenzo.

La metamorfosis urbanística también llegó de la mano de la construcción de numerosas viviendas en la plaza Fraiskozuri, la calle Irala, Zabalotegi, el paseo Irizar, Matxiategi... "En cuanto a la sociedad, era bastante tradicional. La religión y la iglesia tenían un gran peso. Más allá de los bautizos, comuniones, bodas y funerales, en la apertura de una tienda o fábrica, así como en cualquier celebración siempre se hacía la bendición. Su presencia se extendía, igualmente, a la educación, en el colegio de la Compañía de María y en el Seminario", recuerda Oregi.

65 instantáneas repartidas en once paneles dan contenido a la muestra que lleva por título 60. Un trabajo con el que el archivo saca a la calle los fondos que gestiona en su empeño por difundirlos y ponerlos al alcance de todos para su disfrute. No ha sido tarea fácil, como explica Oregi. De entre miles de fotos, perfectamente catalogadas y digitalizadas, han tenido que escoger "una pequeña" representación de la rica y variada colección gráfica que custodia el servicio municipal.

Las imágenes elegidas llevan la firma en su mayoría de Toribio Jauregi, aunque también se han incluido instantáneas de otras donaciones que engrosan el fondo de Román Larrañaga o que fueron captadas por la cámara del popular sacerdote Serafín Esnaola. Este retrato del decenio de los 60 del siglo XX se completa con curiosos recortes de periódicos y algunos gráficos que dan pie a reflexionar sobre la evolución que ha experimentado el municipio. La exposición puede visitarse hasta el día 25.