- De propiedad municipal desde la pasada legislatura, para ser más exactos desde 2016, el antiguo convento de Santa Rita camina con paso firme para convertirse en un centro social dirigido a las personas mayores. El Consistorio de Aretxabaleta ha adjudicado a la UTE David Sánchez Bellido-Iturbe Eraikuntza Tekniko taldea la redacción del proyecto que diseñará los nuevos usos del edificio, con un coste para las arcas locales de 88.572 euros (en este importe se incluye también la dirección de las obras).

El trabajo que se desarrollará durante los próximos meses encajará en el citado inmueble la sede del hogar del jubilado Basotxo, con sus correspondientes bar, comedor y oficinas, además de un centro de atención diurna para personas autónomas y de baja dependencia. Ambos servicios se alojarán en la planta baja, mientras que en la primera se plantean alojamientos para mayores.

Las previsiones iniciales, sin embargo, se han visto alteradas por las consecuencias económicas que ha traído consigo la crisis sanitaria del coronavirus. La concejala de Gizartegintza, Karmele Uribarri, asegura que el proyecto para el convento sigue siendo “estratégico” y se fundamenta en “dotar al municipio de recursos que respondan a las necesidades de las personas mayores”. Reconoce, no obstante, que los efectos de la pandemia ha dado un giro “a los plazos que nos habíamos marcado”. “La situación actual ha generado nuevas necesidades a las que tenemos que responder. Pero mantenemos nuestro compromiso y seguimos trabajando en llevar adelante el centro social para mayores”, insiste Uribarri.

El desembarco de los diferentes servicios proyectados en el viejo convento se hará por fases. En la primera, que se prevé ejecutar durante esta legislatura, solo se actuará en la planta baja a la que se trasladarán Basotxo y los talleres de estimulación cognitiva que en estos momentos se imparten en Arkupe. Para acondicionar estas instalaciones se estima una inversión de alrededor de un millón de euros, que incluye también las obras de la sala multiusos que se habilitará en la antigua capilla.

“Los planes siguen adelante, pero nos hemos visto obligados a ajustarlos a la situación económica que ha originado la pandemia. Basotxo y los talleres de estimulación cognitiva, que son los servicios con los que ya contamos, serán los primeros en ubicarse en el edificio. A medida que los recursos económicos nos lo permitan se irán incorporando progresivamente el centro de atención diurna y el comedor para personas mayores autónomas que vivan solas”, explica Uribarri. Los alojamientos para mayores se abordarán en fases posteriores.

Paralelamente, Osakidetza ha iniciado la adjudicación de la redacción del proyecto del centro sociosanitario que acogerá el inmueble de la antigua residencia (Basotxo). En este edificio se ubicará el nuevo centro de salud y los servicios sociales municipales.