- “El barrio se encuentra en un estado penoso”, afirman al unísono los vecinos y vecinas de Santa Teresa y Donoztebe Portuko kalea (San Esteban del Puerto). Problemas de accesibilidad, estructurales, de seguridad y mantenimiento son el caballo de batalla de los arrasatearras que viven en los 31 bloques que conforman ambas calles. La urbanización pide a gritos una reforma. Desde hace mucho tiempo. Y así lo han manifestado alto y claro sus residentes, que se han agrupado en una asociación que echa a andar para “velar por la mejora de las infraestructuras del barrio y los derechos de sus vecinos”.

Un total de 1.022 personas (según datos del censo de 2017) habitan en las viviendas de Santa Teresa y Doneztebe Portuko, de las que el 61,3% tiene entre 20 y 64 años (626), y el 24,4% más de 65 (249). Darles “voz ante las instituciones” es uno de los cometidos de la nueva asociación que nace “por y para el barrio” y “sin ningún fin político”.

En su puesta de largo, sus impulsores hicieron una exposición pormenorizada de las numerosas deficiencias de esta zona residencial de Arrasate. Alertaron del mal estado de conservación de los muros de contención de la ladera (también de aceras y terrenos colindantes a los edificios), con grietas de considerable tamaño y filtraciones de agua que han originado socavones “de hasta ocho metros”. Recordaron, en este sentido, que en los presupuestos municipales de 2019 se incluyó una partida de 200.000 euros para abordar la estabilización de la ladera ubicada en la trasera de Santa Teresa-Agerre. “Pero esta intervención no se ha realizado y estamos soportando con miedo su empeoramiento”, insistieron.

Los problemas de accesibilidad constituyen, asimismo, un quebradero de cabeza para estos vecinos, sobre todo para los de mayor edad que tienen que lidiar con “cuestas muy pronunciadas y escaleras deterioradas”. “Hay puntos en los que no hay ningún tipo de barandado para poder apoyarse”, advirtieron.

En este apartado se detuvieron de nuevo en los presupuestos de 2019 que contemplaban una partida para reparar las aceras de Santa Teresa-Agerre, a través de una inversión bianual que está pendiente de ejecución. Se refirieron, a su vez, al plan municipal de accesibilidad 2019/2023 que enumera una serie de propuestas de actuación que “no subsanan el gran problema del barrio” que necesita “más que pequeñas mejoras”. En cualquier caso, el Consistorio tiene en marcha el proceso para adjudicar la redacción del proyecto que diseñará el sistema de ascensores con el que se pretende “romper las barreras de movilidad” en Santa Teresa.

Pasos de cebra parcialmente borrados, aceras sin rebajar, bancos sucios y necesitados de una capa de pintura, barandillas oxidadas y suelos “llenos de verdín” que resbalan en invierno forman parte de la larga lista de desperfectos que presenta esta zona residencial, a los que hay que sumar la maleza que cubre la trasera de los bloques 1, 3 y 5 y que “casi alcanza las viviendas”. Y todo ello sin olvidar que es “el único barrio de Arrasate” que no dispone de un parque infantil.