n trozo de África ha llegado a Bergara dentro de una explosión de colores vivos, divertidos y llamativos. Tejidos capaces de trasmitir alegría y entusiasmo que fortalecerán los lazos de amistad entre la isla senegalesa de Dionewar y Debagoiena. La moda será, en esta ocasión, el vehículo para fomentar la interculturalidad, gracias a la iniciativa que capitanea Ndank Ndank Elkartea.

Hace alrededor de un año que la asociación bergaresa comenzó a gestar el proyecto que acaba de ver la luz. Su puesta de largo estaba prevista para estas fechas, aprovechando la celebración de Día Internacional de la Diversidad Cultural (21 de mayo) y el Día de África (25 de mayo). Tenían pensado organizar una pequeña fiesta con diversos talleres, comida africana y un desfile de moda, pero la crisis sanitaria del coronavirus ha puesto patas arriba estos planes. Así que se han adaptado a la nueva situación y a través de las redes divulgan esta iniciativa, que también tiene su vertiente cooperativa.

“Con este proyecto de moda queremos romper los mitos que rodean a África. No podemos negar la escasez de recursos y múltiples necesidades que presentan Senegal y otros países africanos, pero su sociedad es muy rica en valores; se sienten parte de una comunidad y eso les produce tranquilidad y alegría. Esta última se refleja en la moda, en los colores de sus telas”, destaca la fundadora de la asociación Ndank Ndank, Eli Domínguez.

Vestidos, blusas, monos, sudaderas… Ropa de estilo euroafricano para todas las edades, que han recogido en un catálogo a modo de colección y difundido en un vídeo. Las prendas infantiles las han traído de Senegal, y las de adulto han sido confeccionadas por la bergaresa Isabel Vargas a partir de telas compradas en el país africano. Los pedidos pueden realizarse por teléfono (636 163 010), email (ndank.ndank.elkartea@gmail.com), y en las redes sociales de Facebook e Instagram.

Además de fortalecer la interculturalidad, la cooperación es otra de las columnas vertebrales de Ndank Ndank. De este modo, la recaudación de las ventas de este proyecto, que cuenta con financiación de la cooperativa Soraluce, se destinará a la construcción del centro cultural en Dionewar, así como a ampliar un año más la estancia de la quincena de estudiantes universitarios alojados, con la ayuda de la asociación, en un piso de la capital de Senegal, en Dakar.