espués de la atípica edición que nos dejó el Festival Internacional de Cine Arqueológico del Bidasoa (Ficab) en 2020, con un programa que se desarrolló de forma telemática en buena parte, el evento regresa este año con la firme intención de llenar el aforo del centro cultural Amaia, su sede principal, todas las jornadas que se pueda. Así lo aseguró ayer la directora del festival, Aizpea Goenaga, que avanzó que este año la selección de los filmes para la sección oficial ha sido la más difícil hasta la fecha "por la altísima calidad" de las cintas recibidas.

En concreto, la selección final cuenta con 27 películas que podrán verse del 15 al 20 de noviembre en las sedes del festival, entre las que, además del Amaia, se encuentran el Aquarium de Donostia, la sede de la Fundación Orona y el museo Oiasso. Como siempre, habrá variedad en las temáticas, con filmes centrados en las últimas investigaciones sobre el homo sapiens, sobre la angustia de los responsables de los museos arqueológicos en tiempos de guerra o sobre las aportaciones del arte a la arqueología, entre otras cuestiones.

La delegada de Cultura de Irun, Juncal Eizaguirre, destacó la importancia de la red de colaboradores, como Orona, la Once o el Aquarium, que se ha generado en estas dos décadas y que permite al festival brillar todavía más. En ese sentido, otra de las alianzas estratégicas es la tejida con la asociación irundarra Bizinema, cuyo responsable, Iñigo Martínez, adelantó que colaborará ofreciendo animaciones para algunos eventos como la ceremonia de clausura.

Pero la guinda de este año es la colaboración que se ha conseguido con Netflix, que ha permitido que se proyecte uno de sus últimos estrenos exclusivos, La excavación, en el marco del Ficab. Según el director del museo Oiasso, Juanjo Jiménez, será la única oportunidad de ver la película en pantalla grande (y además de forma totalmente gratuita) en todo el Estado.