- Dentro del Plan de Acción para el Clima y la Energía Sostenible (PACES) del Ayuntamiento de Irun, el área de Desarrollo Sostenible acaba de presentar un nuevo diagnóstico sobre las emisiones de gases de efecto invernadero y sus causas en la ciudad que recoge datos entre los años 2007 y 2019. Una de las principales conclusiones del estudio es que en dicho periodo la emisión de gases nocivos para la atmósfera se redujo en un 16% en la ciudad.

"A lo largo del tiempo se han ido poniendo diferentes objetivos, se habló de la reducción del 20% que había que alcanzar en 2020 y para el 2030 se quiere alcanzar el 40%; las pautas que llegan desde distintos organismos nos aprietan, la exigencia es cada vez mayor y hay que cumplirla", aseveró Olazabal, que cree que al menos el diagnóstico indica que "vamos en buena dirección, pero este es un camino de largo recorrido y queda mucho por hacer".

En ese sentido, el estudio deja bien claro dónde hay que incidir principalmente para atajar el problema en Irun: casi el 70% de las emisiones (67%) provinieron del sector del transporte. El consumo doméstico supuso un 14% de la producción total de gases nocivos, el sector servicios el 13% y la gestión de residuos el 6% restante.

A la inversa, el sector que más redujo sus emisiones en el periodo estudiado fue el doméstico, con un 41% de reducción, seguido por los servicios (-31%), gestión de residuos (-16%) y con el sector transportes rozando el estancamiento (-1%).

A raíz de estas cifras, parece evidente que el replanteamiento de la movilidad urbana es uno de los desafíos de la ciudad para la próxima década en materia de sostenibilidad medio ambiental, factor que sin duda se tendrá en cuenta a la hora de redactar el plan de acción final, el próximo paso en este proceso.