Ursula Gertrud von der Leyen (nacida como Ursula Gertrud Albrecht), presidenta de la Comisión Europea, médica ginecóloga, y que dice que su Comisión de la UE debería “tomar la iniciativa en la lucha contra el cáncer”, es apologista de la energía nuclear. ¿Cómo se entiende todo esto? Y menos aún, habiendo sido ministra con el gobierno de Angela Merkel, cuando este decidió en 2011 prescindir de la energía nuclear, tras la catástrofe de Fukushima. Angela Merkel es ferviente antinuclear y decidió cerrar todas las centrales nucleares en Alemania para este 2022. Sin embargo, Ursula es todo lo contrario. Y de ella partió la iniciativa para que Macron, presidente de Francia, y otros países, propusiesen considerar verde, es decir ecológica, la energía nuclear, y recibir ayudas económicas. Un reactor nuclear no produce CO2, ni puede explotar (explosión atómica, con la formación del clásico hongo nuclear), pero produce residuos radiactivos, cancerígenos, mucho más dañinos que el CO2 y los gases de efecto invernadero. Y puede producir la meltdown (fusión del núcleo) y dejar un amplio territorio contaminado de isótopos radiactivos e inhabitable. Para el medio ambiente muchísimo peor que la explosión atómica. Según declaró en 2011 Mykola Proskura, vicejefe para administrar los territorios contaminados en Chernóbil, “entre 1.500 y 2.000 km2 nunca serán aptos para vivir”.