Poco a poco la cala de Sagüés se está convirtiendo en un vertedero. El incivismo de los que la disfrutan y la desidia municipal contribuyen a ello. Ningún cartel ni ninguna papelera recuerdan ni posibilitan las seguramente escasas intenciones de no dejar la basura sobre las rocas.Lo que era patrimonio natural de toda la ciudadanía estuvo a punto de convertirse en un “activo turístico” (la famosa pasarela de Monpas). Finalmente el Ayuntamiento decidió que nadie debía de disfrutar de este entorno dificultando su acceso de modo definitivo.Lógicamente, a las personas no les disuade una valla. Cualquier ciudadano tenemos derecho a sentir que ese espacio nos pertenece y a disfrutar de él. La decisión de cerrarlo, dificultar su paso o poner en peligro al que lo intenta, parece solo una arbitrariedad para transmitir omnipotencia política. Decenas de chavales y algunos mayores disfrutan, sobre todo en verano, de este entorno natural. No se trata de un activo turístico y por consiguiente no genera actividad económica. Tal vez esta sea la razón principal por la que el Ayuntamiento lo desatiende.Quizás esto nos espera a los ciudadanos que vivimos en entornos todavía no desnaturalizados. Ver cómo el patrimonio natural es transformado en activo turístico para ser disfrutado solo por los que puedan pagarlo transformando nuestros pueblos y ciudades en parques temáticos y decorados de cartón piedra.