Este mes se han realizado las reuniones presenciales para renovar el Plan General de Errenteria, divididas por temas y barrios. El número de personas que han participado en ellas nos ha llenado de preocupación.Por ejemplo, en la reunión de las áreas de Cultura, Euskera, Deporte y Salud han estado cuatro personas, dos del ámbito de la cultura, una del deporte y otra preocupada por el euskera. Ni representantes de euskalgintza, ni de las sociedades culturales, ni de las escuelas, una sola sociedad deportiva... En los barrios también se han realizado reuniones, igualmente con poca asistencia.En las reuniones se han visto graves carencias en el diagnóstico y en el avance. Por citar algunas, no aparece el Plan Municipal para el Cambio Climático de 2018; se recogen todas las instalaciones que hay en el pueblo, pero no se señala en qué estado están, ni qué uso tienen; la situación del euskera ni se cita, cuántos vascoparlantes, el uso, el paisaje lingüístico; se habla de construir vivienda, pero no se sabe para cuántas personas, ni qué tipo de vivienda necesitan...Sin embargo, en el Avance del Plan aparecen propuestas en los diferentes ámbitos, todas ellas hechas por parte del grupo que ha redactado el diagnóstico y el avance, es decir, que nos han dirigido a hablar y debatir sobre sus propuestas, sin ni siquiera saber si se recogerán nuestras aportaciones.En general, hasta ahora no ha habido ocasión de obtener una visión general del Plan, ni de debatirlo en su totalidad, ya que todo se ha hecho en compartimentos estancos. El tiempo para hacer aportaciones es limitado; las alegaciones se pueden hacer hasta septiembre, y después quieren aprobar el avance.No entendemos cómo no se ha trabajado mejor la participación ciudadana si desde hace dos años sabían que se iba a revisar el Plan General; en una semana se anuncia el proceso de participación y en la siguiente empiezan las reuniones, dando poco tiempo para apuntarse, cosa poco lógica si de verdad se pretende que haya una gran participación y, menos aún, cuando estábamos en vísperas de vacaciones.Tampoco compartimos que los ciudadanos no hayan tenido opción de participar en la redacción del diagnóstico (y por tanto del avance), pues son ellos los que mejor conocen el pueblo o el barrio, qué hay y qué necesita.Estamos preocupados por que la poca participación para renovar el Plan pueda tener consecuencias negativas, ya que, en palabras de sus promotores, una amplia participación y acuerdo son las garantías de dicho plan.En esta tesitura, deberían tomar otras medidas y poner otros medios para conseguir una participación mayor, para asegurar un verdadero proceso de participación.Karlos Murua y Santi Angulo